Martinica o Madinina es una isla de 1.100 kilómetros cuadrados del ultramar francés, bautizada así por los indios caribeños, se encuentra en pleno corazón del archipiélago del Caribe y forma parte del grupo de las Pequeñas Antillas o "Islas del Viento".
Sus costas están bañadas al este por el Océano Atlántico y al Oeste por el mar Caribe.
Seductora en todas las estaciones, es una isla rica en exuberancia y variedad de paisajes. Es un lugar de encuentro con la naturaleza, los bosques tropicales, las aguas cristalinas de los ríos y las hermosas flores. Para los aficionados a vacaciones activas, hay unas 30 rutas de senderismo para recorrer cerca de 130 km de caminos señalizados. Y para los que no conciben pasar sus vacaciones lejos de las playas, las hay magnificas de arena blanca y aguas transparentes.
Rica en patrimonio y en cultura, Martinica se expresa a través de una artesanía diversificada y seduce también por su gastronomía con gran variedad de especias, cuyos aromas y sabores cautivan los sentidos.
En toda la isla hay infinidad de aromas por todos los rincones: clavo, canela, vainilla, nuez moscada... Se invita a la música: zouk, biguina, mazurca... y enseña los ritmos de una isla rica en cultura, rica en sus mestizajes...
Su pueblo mestizo y apasionado es una mezcla de "aire caribeño" y de "toque a la francesa".
El norte de la isla en estado salvaje
El norte, con un aspecto salvaje y abrupto, presenta unos paisajes de montañas y de selvas así como una naturaleza exuberante.
Todos los atractivos del norte de la isla están en el volcán la Montagne Pelée (Montaña Pelada), tristemente célebre desde el 8 de mayo de 1902, día de su erupción que provocó la desaparición de la ciudad de Saint Pierre y de sus 30.000 habitantes.
Los bosques y selvas de Martinica albergan cataratas (el salto del Gendarme, Fond Saint Denis, el cañón en los pitones de Le Carbet, los contrafuertes y la propia Montagne Pelée). Culminando a 1.397 m², la Montagne Pelée está recorrida por decenas de ríos que descienden por sus pendientes donde se ocultan cangrejos.
El sur de la isla es la región más turística y la más atractiva para aquellos que no conciben pasar sus vacaciones lejos de las playas de arena dorada, de las palmeras y de un mar caliente. El paisaje aquí es una postal. Hay que visitar en especial la localidad turística de
Varias localidades como Pointe-du-Bout, Sainte-Anne, Trois-Ilets o Sainte-Luce son las que cuentan con los complejos hoteleros más demandados de la isla.
- Más información en : www.martinica-turismo.es
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