Hay miles de satélites lanzados, pero el bajo ratio de colisión se debe a la gran inmensidad del espacio.
La pasada semana, sin embargo, un satélite de comunicaciones ruso en desuso llamado Cosmos 2251 chocó de golpe con un satélite de comunicaciones estadounidense operativo llamado Iridium 33 sobre Siberia, Rusia. Ámbos satélites se destruyeron.
La mera cantidad de partículas masivas en una nube de desechos en dispersión, retratadas en el recuadro de la imagen superior, incrementa el riesgo de que otros satélites operativos puedan ser golpeados por rápidos y dañinos proyectiles.
La colisión ocurrió en una órbita baja de la Tierra a sólo 750 kilómetros, una altura compartida por muchos satélites pero significativamente más alta que los 350 kilómetros de altura donde se encuentra la Estación Espacial Internacional ocupada por seres humanos.
Como los satélites se pueden desintegrar cuando chocan con rápida basura espacial, el golpe se centra en el asunto de que una futura y dramática colisión de satélites podría un día iniciar una cascada de colisiones.
El resultado podría conducir entonces a que los vuelos espaciales humanos del futuro tendrían un elevado riesgo y reduciría notablemente la vida útil de los caros satélites.
Derechos
La traducción del texto original en inglés ha sido realizada por los voluntarios de Observatorio.info, que ha autorizado a 20minutos.es su reproducción. El proyecto de la imagen astronómica diaria original (APOD) es llevado a cabo por la NASA.
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