Un futbolista casi pierde un ojo por un puñetazo en un partido

Daniel (26 años) sabía que el delantero rival venía buscándole desde que comenzó el partido. Primero le increpó y le llamó payaso (lo que le costó una tarjeta amarilla). Después, le propinó un brutal puñetazo que casi lo deja tuerto aprovechando una trifulca surgida en el terreno de juego.

Lo anterior no es el argumento de una película, sino lo ocurrido el pasado sábado en el partido de fútbol sala entre el Liverpool Sala de San Fernando de Henares y el Hard Jaulas de Coslada (categoría senior, 1ª División A, grupo 1º de la liga local).

Los hechos, siempre según el relato del padre de Daniel, que escribió una carta a 20 minutos, ocurrieron a diez minutos del final del partido, cuando su hijo estaba "desprevenido". El agresor (al que dicen no conocer de nada) se acercó por detrás y le dio en el pómulo. "Yo ya había avisado a los árbitros de lo que pasaba", dice Daniel.

Una prótesis en el ojo

El joven no llegó a perder el conocimiento, pero se quedó tumbado en el suelo "para evitar lesiones más graves". La brutal agresión (el golpe le provocó siete fracturas oculares) obligó a su traslado en ambulancia al hospital del Henares, y de allí al de la Princesa, donde el lunes fue intervenido para colocarle cuatro placas de titanio y una prótesis para impedir que pierda el ojo.

Mientras, en el lugar de los hechos, el "energúmeno" agresor (como le llama el padre de Daniel) "trató de escabullirse aprovechando la confusión". Fue entonces cuando la Policía procedió a identificarlo. La familia de Daniel ya ha puesto el tema en manos de abogados y presentará la denuncia formal en cuanto Daniel se sienta con ánimo para ello. "Ahora mismo tengo miedo de salir a la calle", explica, convencido de que jamás volverá a jugar al fútbol.

Este periódico intentó contactar este jueves sin éxito con el Hard Jaulas. La delegación de Coslada de la Federación Madrileña de Fútbol Sala declinó hacer declaraciones.