Cine

Fobias provocadas por películas

'Tiburón' y 'Psicosis', dos obras maestras que también han ocasionado traumas.
Universal Pictures

Cuentan las crónicas de la época que en 1896 la proyección del cortometraje Llegada de un tren a la estación de La Ciotat (L' arrivée d'un train à La Ciotat), de los hermanos Auguste y Louis Lumière, provocaba pavor entre los espectadores, entonces también pioneros en ese nacimiento oficial del cine. Incluso algunos llegaban a salirse de la sala por temor a ser arrollados por la locomotora.

La sala era más bien un pequeño salón, antes con la función de billar, del Grand Café emplazado en el número 14 del Boulevard des Capucines, en París y a orillas del río Sena, equipado con apenas un centenar de sillas para acomodar a los asistentes.

Emociones y sensaciones a un franco. Desde entonces el cine ha evolucionado radicalmente, pero sigue conservando de vez en cuando esa capacidad para sorprender y asustar al personal, aunque no sea con una película de miedo, hasta el extremo de provocar auténticas fobias.

De este modo, algunas secuencias han impactado en el consciente o inconsciente, sea colectivo o individual, de manera tan masiva como contundente. A continuación recogemos cinco de los casos más flagrantes.

La causante. Basada en un best seller de Arthur Hailey, Aeropuerto (George Seaton , 1970) narra la odisea de los pasajeros y la tripulación de un boeing 707 amenazado por un hombre armado con una bomba. Mientras, en el exterior, una fuerte tormenta de nieve azota el aeropuerto de Chicago (en unas secuencias que fueron rodadas por Henry Hathaway , no acreditado).

Las secuelas. Cinematográficamente, su gran éxito no sólo dio lugar a cuatro secuelas más sino que también inauguró el subgénero de catástrofes (La aventura del Poseidón , Terremoto o El coloso en llamas ), incluso inspiró la celebrada parodia Aterriza como puedas (1980). Pero también ocasionó, mucho antes de los efectos inmediatos del 11-S, que mucha gente sintiera pánico al tomar un avión.

La causante. Alex (Glenn Close) es en Atracción fatal (1987) una mujer que se obsesiona con Dan Gallagher (Michael Douglas ), un ejecutivo felizmente casado y padre de un niño. Una noche, durante una fiesta, él no pudo evitar echarse una canita al aire y liarse con ella. Para él ha sido sólo un error del momento, pero para su eventual amante la aventura significó mucho más. Su fijación por Dan pondrá en peligro a su familia.

Las secuelas. Uno de los mayores éxitos del controvertido realizador Adrian Lyne (Nueve semanas y media). El impacto fue de tal magnitud que incluso algunos maridos llegaron a pensárselo dos veces antes de ser infieles a su pareja. Un aspecto, el del adulterio, que curiosamente el mismo Lyne retomaría desde otra óptica en Infiel , con Richard Gere y Diane Lane.

La causante. En Audition (2002), un empresario cuarentón y viudo es animado por un amigo suyo a encontrar una nueva y joven esposa. La idea es realizar una audición de pruebas para una película inexistente que, en realidad, serviría como particular casting para encontrar a una muchacha digna de su atención. Pese a sus reticencias iniciales, acepta y hallará a una chica perfecta, o casi.

Las secuelas. Desde Japón, el prolífico Takashi Miike nos trajo una de sus propuestas más aclamadas. Aunque aquí no se trató de generar ninguna fobia, lo que hizo más bien fue utilizar una de las más extendidas, la aicnofobia o miedo a las agujas, para plasmar unas secuencias definitivamente no aptas para quienes sufren de ello, y también muchos que no. No contento, en Imprint , de la serie Masters of Horror, volvería a insistir en el tema.

La causante. Cansada de su situación laboral, Marion Crane (Janet Leigh ) es en Psicosis (1960) una joven secretaria que decide robarle dinero a su jefe. En su huida llegará hasta un abandonado motel de carretera donde será amablemente atendida por el hijo de la propietaria, un joven educado y tímido que responde al nombre de Norman Bates (Anthony Perkins).

Las secuelas. El maestro Hitchcock vulneró todas las normas sobre la identificación que debe establecerse entre el espectador y el presunto protagonista, la protagonista en este caso, con el personaje de Marion Crane, a lo largo de la película. Pero lo relevante aquí es que por culpa de la dichosa secuencia de la ducha, creada con la complicidad de Saul Bass (en la planificación de la misma) y Bernard Herrmann (compositor de la banda sonora), ha hecho que miremos de reojo a través de las cortinas.

La causante. El jefe de policía de una población costera, Martin Brody (Roy Scheider ), se enfrenta en Tiburón (1975) al problema de resolver las muertes causadas por un enorme y feroz escualo a pesar de la oposición inicial del alcalde, más preocupado por evitar una publicidad negativa que dañe la imagen turística de la zona.

Las secuelas. Durante su estreno la película de Spielberg se convirtió en la más taquillera de la historia. Y hoy en día está considerada aún como la principal causante de la fobia a los tiburones, además ha provocado que más de un bañista contemple con ojos temerosos las aparentemente tranquilas aguas de una playa antes de meter un pie en ellas.