Cinco manifestantes acuden a la segunda concentración contra Rajoy en Génova
- Los simpatizantes del PP habían sido convocados mediante SMS.
- Ayer fueron 300, pero hoy sólo eran cinco, frente a una treintena de periodistas y una decena de agentes de la Policía Nacional.
- Los cinco asistentes han desplegado banderas y lanzado proclamas contra Rajoy.
Una supuesta transmisión en cadena de mensajes de teléfono móvil citaba a las 17:00 horas a los allegados al PP para protagonizar una nueva concentración frente a las puertas de la sede madrileña del partido, pero esta vez no ha tenido tanto éxito como la de ayer: si entonces concurrieron unas 300 personas, hoy sólo han sido cinco simpatizantes.Precisamente, la gran concurrencia de la protesta de ayer ha puesto en alerta a los medios de comunicación y a los efectivos de la
Pero se ve que no ha ocurrido lo mismo entre la masa de afiliados y simpatizantes del PP, que han preferido pasar la tarde del sábado en cualquier otro lugar menos en la entrada de la sede del partido.
Pidiendo su dimisión
A las 16:45 horas podían contarse en el número 13 de la calle Génova de Madrid a una decena de periodistas, tres furgones policiales, cinco agentes de la Policía y otros tantos manifestantes, que han enarbolado la bandera de España sin descanso y han dejado claro, a gritos, que quieren que Rajoy se vaya.
Según pasaba el tiempo, ha aumentado el número de periodistas -redactores, reporteros gráficos y cámaras de televisión- y el de policías, hasta llegar a una decena, pero no ha ocurrido lo mismo con el de simpatizantes del PP. Ni siquiera los transeúntes han mostrado la más mínima curiosidad.
A las 17:15 horas los periodistas eran casi treinta y los policías, en torno a diez, mientras los manifestantes
Quince minutos después, la situación permanecía inalterable, si bien los simpatizantes aprovecharon sus minutos de fama para desplegar sus banderas y lanzar sus proclamas contra Rajoy.
En cuanto mostraban el emblema o alzaban la voz se arremolinaban en torno a ellos casi todos los periodistas, como si acabara de aparecer el mismísimo Rajoy. Mientras, el diputado del PP Carlos Aragonés paseaba por la calle Génova sin que nadie le reconociera.