Aurora Beltrán: "Me encanta el rollito italiano de Sergio Dalma"
- Aurora Beltrán comienza su gira hoy en Madrid.
- "Me he montado una banda y las decisiones las tomo yo".
- "La música tiene la capacidad terapeútica de curarme".
- "En España aún se nos subestima un poco a las mujeres".
Hoy lo presenta en el
Estoy muy contenta. Además, me he montado una banda y las decisiones las tomo todas yo.
Ahí estamos. Y eso que yo al principio era un poco reticente, porque para mí misma eso de comprar por internet y dar el número de VISA... Es verdad que es algo más accesible, pero a mí me sigue gustando lo de comprar el disco, mirar las letras, aunque sea más caro.
Yo alucino. A nada que lo tengas actualizado, la gente entra, y además ayuda mucho a dar a conocer tu trabajo. Yo soy muy patosa con estas cosas, pero no es tan difícil.
Mucho. Yo he coincidido y colaborado con mucha gente. El temita de la carretera nos ha unido bastante a algunos músicos, aunque es verdad que "soy cortita" a la hora de pedir favores. Pero en este disco, por ejemplo, en la canción
Es otra de las cracks de este país. Es una cantante excelente y le ha dado a la canción
A mí Sergio Dalma me encanta. Ese rollito italiano que tiene. Si yo cantara con él sería una cosa mía y, la verdad, estaría de puta madre.
¿Cuánto sentimiento hay en Clases de Baile? Porque es un álbum marcado por experiencias propias muy complicadas...
¿Qué se siente al ser 'la rockera española?
La verdad es que no tengo mucha noción de eso, es un cliché. Hay muchas otras como Natalia Martín Pacheco, que también colabora en el disco. Pero sí, me halaga. Las mujeres hemos pasado de ser un elemento decorativo en una banda a ser un elemento activo, y aun así, sin generalizar, en España todavía se nos subestima un poco. Acabamos con un callo muy grande demostrando lo buenas que somos.
Para mí es como tener una prótesis, forma ya parte de mi cuerpo. La verdad es que me es muy difícil soltarla cuando canto, es como si tuviera un tercer brazo. Hay una simbiosis.
Si, ahí empezó todo. Cuando tenía siete años yo sufría de la enfermedad de Perthes y no podía moverme. Así que mi padre me regaló una guitarra para que pasara el tiempo.
Me halaga que la gente lo piense así, aunque no tengamos nada que ver. Hasta me han llamado Rosendita...
Al principio tenía un poco de miedo, pero es una gente excelente. Son cuatro horas de concierto, y yo hago un poco de comodín. Interactuamos mucho. Y el público es muy fiel.
El concepto de las ventas de discos está cambiado, ¿le preocupa este tema?
He pisado desde escenarios pequeños a muy grandes. Lo importante es saber estar en cada uno de ellos.
No, nada. Es algo que duró en mi vida 17 años. Algo parecido a lo de Iván Ferreiro con Los Piratas. Estoy muy orgullosa de Tahúres y no reniego de ello. Además, ha sido un resorte de puta madre para seguir en esto.