El mapa es una de las más poderosas herramientas de transmisión y comprensión de información que ha inventado el ser humano. La idea de traspasara a dos dimensiones el mundo tridimensional, representando en líneas y puntos paisajes, costas, montañas y mares no es obvia, y exige un alto grado de abstracción. Una vez dado el paso, sin embargo, el mecanismo se revela poderosísimo como ayuda no sólo a la localización, sino a la comprensión de las relaciones y las formas. El mapa es una herramienta informativa de tal calibre que hay miles de tipos especializados diferentes (aeronáuticos, marinos, de carreteras, de ciudades, militares, montañeros, etc), y muchos de ellos han sido y siguen siendo considerados
Los mapas están cuajados de símbolos, repletos de información codificada diferente según su especialidad, y cuya comprensión necesita de entrenamiento previo. Donde una carta aeronáutica recoge pistas, radiofaros y frecuencias de torres de control, una marítima avisa de alineamientos de entrada a puertos, o de la presencia de bajíos o arrecifes.
El paso de la historia
Antaño los mapas del Camino de Santiago, o los que servían para recorrer las calzadas romanas, contenían información sobre posadas, productos de la tierra y sitios que visitar; como las guías turísticas o los mapas de carreteras de hoy. Los portulanos, cartas marinas de puertos indispensables para la navegación segura, se guardaban como tesoros en la Europa Medieval, y los grandes espacios vacíos en las zonas inexploradas por los navegantes occidentales se llenaban con leyendas y bestias mitológicas. Acostumbrados como estamos hoy a contemplar no ya mapas, sino fotografías desde la órbita de la superficie de la Tierra, resulta difícil comprender el misterio y la magia de aquellos mapas.
Existe además un tipo de mapa que está diseñado no para representar el espacio, sino el conocimiento. En un cartograma, o mapa anamórfico, determinada característica de la geografía se reemplaza por una variable que se quiere resaltar, por ejemplo la superficie de un país o continente se modifica en función de su Producto Interior Bruto, o del número de musulmanes en su población. El efecto es un mapa deformado que muestra de un vistazo las variaciones según lugares.En cartogramas de este tipo está especializada
Las variaciones según regiones del globo de producción, alimentos, riqueza, demografía, destrucción, servicios o recursos naturales se expresan mediante mapas grotescamente deformados que expresan conceptos a veces complejos en una imagen inolvidable.
Esperanza de vida
Por ejemplo, la presencia musulmana en el mundo muestra un continente americano reducido a un mero hilillo, y una Europa escuálida, pero subraya el éxito de esta religión en África y el Oriente Medio y Lejano.
Si visitamos el mapa de esperanza de vida, sin embargo, nos encontramos con un Japón y una Europa obesos, y un Estados Unidos rotundo, pero con la sorpresa de que la India y China aparecen hinchadas también; sin embargo desde Rusia a África, atravesando Asia Central y Oriente Medio es claramente visible un estrechamiento, que indica a las claras dónde cabe esperar una vida más corta en este planeta.
En inglés
Hay decenas de categorías y centenares de mapas que explorar, algunos dinámicos, todos con un mensaje interesante, todos fácilmente comprensibles y difícilmente olvidables. La deformación o incluso desaparición del familiar perfil de continentes e islas resulta un poderoso medio para llamar la atención, más incluso que colores u otros mecanismos.
Es una pena que resulte estar únicamente en inglés: para comprender mejor el mundo necesitamos más sitios como WorldMapper.
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