Madrid

Correos, adaptado a los tiempos: ya gira en torno a la paquetería y tiene las Navidades como fecha de más trabajo

Ya no escribimos cartas. Esa es la realidad. La revolución digital nos ha devorado, y los servicios de envío han tenido que adaptarse a las nuevas demandas y necesidades. Correos  no ha querido quedarse atrás en este proceso.

El Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) de Vallecas cuenta con más de 600 trabajadores que tienen perfectamente interiorizado el proceso. Este es continuo. La planta está en funcionamiento las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Tienen un lema muy claro: "Mucho más que cartas". Y es que así es. "Ahora nos orientamos más a la paquetería, porque los tiempos que vivimos así lo piden", explica a 20minutos Juan Pedro Matamoros, jefe adjunto de logística en el CTA.

Se ha digitalizado gran parte del proceso, que es largo y con muchas fases, pero sigue siendo necesario el trabajo manual. "La máquina no sustituye al trabajador, sino que mejora la productividad, se llega a multiplicar por siete", explica Matamoros.

Recepción y descarga

La llegada de los envíos en camiones y furgonetas abre el proceso que se desarrolla en el CTA. En Vallecas se centraliza, por ejemplo, todo el correo que llega a través del aeropuerto Adolfo Suárez. Hay tres ámbitos de actuación: local, provincial y nacional. "Hace ya mucho tiempo que no nos llega nada a través de trenes", cuentan Domingo Díaz, jefe adjunto del Centro de Tratamiento, y Carlos Sanz, responsable de gestión y calidad.

A la entrada, los envíos pasan por un sistema de antenas y son descargados para posteriormente ir a un escáner. Juan Pedro Matamoros reconoce que no se suelen encontrar complicaciones. "Ten en cuenta que los envios que vienen del aeropuerto ya pasan un filtro", dice, y añade que los percances con los envios se dan más "por desconocimiento". Se escanean, por seguridad, todos los envíos de más de 100 gramos.

Desde Correos revelan que el 94% de los envíos se tratan ya de manera automática y "se han acortado los plazos de entrega". Sanz comenta que "el proceso es complejo pero ordenado y eficiente".

Tratamiento

Para ser tratados, los envíos necesitan ser primero clasificados. Se tienen en cuenta dos variables: el tipo de producto y el destino. Una vez comprobadas las características, se distribuyen hacia la máquina correspondiente, que los manipulará dependiendo del tamaño.

La planta vallecana cuenta con cinco máquinas diferentes para completar todo el procedimiento:

  • CFC: realiza el tratamiento de los envíos depositados en los buzones callejeros. Cuenta con un alimentador por el que se introducen los sobres, que posteriormente se separan en función del formato. Una vez hecho eso, y con el sello hacia arriba, las cartas se matasellan o se cancelan si tienen algún error. "Suele clasificar unas 30.000 cartas por hora", concreta Matamoros. La máquina detecta los sellos por fósforo y distingue entre sobres prefranqueados, códigos de cliente y etiquetas urgentes. Al final, los sobres se depositan en bandejas para tratar en OCR, FLAT o manual.
  • OCR: es la máquina de reconocimiento óptico de caracteres. Clasifica las cartas de correo normalizado, es decir, las de tamaño y peso estándar. La máquina se alimenta por uno de los trabajadores y un lector óptico comprueba la dirección para traducirla en un código de barras. Aquellas que no reconoce se envían a la sala de vídeo y codificación, donde una serie de empleados completan los errores. A aquellas que siguen su camino se les imprime un código de barras en la parte inferior del sobre (en lenguaje binario). Después, se clasifican en función del destino. "La OCR tiene una producción media de 40.000 cartas a la hora", explican.
  • FLAT: clasifica los envíos hasta tamaño folio y hasta 2 cm de grosor. El procedimiento es similar al de la OCR, con la diferencia de que las bandejas a las que van a parar los paquetes se etiquetan en funcion del destino y ya van directamente a los carros de transporte. De nuevo, si la FLAT no es capaz de leer los datos, se remiten a la sala de vídeo para que sean corregidos. Tanto Carlos Sanz como Juan Pedro Matamoros detallan que se clasifican "36.000 objetos a la hora" y tiene capacidad para "312 bandejas de salida".
  • Paquetería: la de paquetería es la máquina más nueva de la planta. Trabaja con unos 8.000 envíos a la hora, en teoría. "En la práctica lo máximo que hemos visto son unos 7.200", aclaran los responsables. En fechas más concretas (Navidad, Día del Padre, Día de la Madre...) sí que se nota un aumento. Trata con paquetes de tamaño pequeño: "Como una caja de zapatos", sostiene el jefe adjunto de logística. Funciona de manera parecida al resto, pero precisa de mayor trabajo manual para colocar de forma correcta los envíos.
  • FSM: esta parte simplemente clasifica las cartas que llegan de la OCR en los casilleros por sección de reparto, que es la zona en la que reparte cada cartero. "En épocas de máxima producción se manejan entre 6 y 8 millones de cartas en todo el centro", desvela Carlos Sanz. La máquina lee el código de barras y posteriormente se colocan en diferentes casilleros para pasar a los carros de salida.

Salida

Una vez terminado toda la parte de producción (así es como se llama formalmente), el correo sale hacia su destino. Desde Correos reiteran el orden que mantienen: "De día se trabaja el ámbito nacional y de noche el local y el provincial", cuenta Juan Pedro Matamoros.

La entidad tiene también muy marcadas las épocas de más actividad. El propio Matamoros cuenta que con la mirada puesta hacia la paquetería, "las Navidades son la fecha clave, siempre", pero en los últimos tiempos "el incremento de paquetes es constante". Entre noviembre y marzo los flujos son muy altos y aunque después bajen "siguen siendo más elevados de lo que teníamos hace cinco años".

"El ciudadano, cuando envía algo, no imagina que el camino sea este. Es todo muy mecánico, pero buscamos ser eficaces", esgrime Carlos Sanz. El mundo no para de evolucionar y los servicios también tienen que hacerlo. Correos ha modificado su enfoque, su forma de trabajar y su sistema. Y lo tienen claro: "Ha sido para mejor".