La buena conducta de las chicas reduce los delitos de menores
Sin embargo, según la última memoria judicial que publica el INE (correspondiente a 2006), ellas se han portado mejor. Hasta tal punto que han hecho bajar el número total de delitos.
Si en 2005 hubo 228 infracciones cometidas por menores, en 2006 bajaron a 222. Un descenso poco significativo, si no fuera porque cayó un 40% la delincuencia femenina, que de 47 delitos pasó a 29. Al contrario que los delitos de los chavales, que aumentaron de 181 a 193.
Las cifras no son muy abultadas pero reflejan que, en 2005, las chicas eran protagonistas de uno de cada cinco delitos cometidos por menores, mientras que en 2006, actuaban sólo en una de cada ocho infracciones.
El tipo de asuntos en el que se ven implicados no son graves. La mayoría son denunciados por hurtos y robos –se sienten especialmente atraídos por los coches–, y también por lesiones y daños.
Los homicidios, agresiones sexuales o delitos contra la seguridad del tráfico y estafa aparecen entre las estadísticas, pero con uno o dos casos poco significativos.
Cuanto más mayores son, más aumenta su vandalismo. Así, el número de delitos cometido por los menores de 14 es el más bajo y aumenta progresivamente hasta llegar a los de 17 años, los que más delinquen.
Un 12% de ellos, además, son reincidentes y cuentan con más de una infracción.
Retrato robot del delincuente juvenil
Nacionalidad: Mayoritariamente jóvenes españoles.
Sexo: Masculino, en uno de cada ocho casos.
Estudios: Su nivel educativo es muy bajo, a penas saben leer y escribir, a pesar de que hayan estado escolarizados.
Adicciones: Suelen consumir drogas, sobre todo hachís, aunque la cocaína está cada día más presente.
Carácter: Les cuesta controlar sus impulsos y tienen problemas tanto de inserción laboral como para relacionarse con los demás.
Historial: En buena medida, ya tienen antecedentes.
Domicilio: En casa de la familia, aunque con frecuencia han recibido atención de los servicios sociales.
Tipo de delito: El robo es lo más frecuente.