«Estoy... inquieto»
«Un chaval nos intentó robar hace poco a unos amigos y a mí. Se nos iba acercando mientras mirábamos revistas en un quiosco hasta que le dijimos: ‘¿adónde vas?’». Aunque Alejandro ha vivido episodios como éste otras veces, nunca ha tenido que lamentar robos, pero se siente en tensión: «Vivo en Oviedo, que es casi un pueblo comparado con Madrid. Si alguien te roba allí, hasta lo conoces».
Está aquí de vacaciones y tiene la sensación de que con tanto bullicio los carteristas lo tienen fácil. «Ando con mucho ojo, si hay aglomeraciones, meto las manos en los bolsillos, donde tengo el dinero o el móvil. De todas maneras, no suelo llevar mucho encima».
Pasa la mañana despreocupado en busca de una camiseta y un cinturón, tiene trabajo y en breve se irá a vivir con su novia. Dice que haciendo un ejercicio de imaginación y en caso de verse asfixiado, sin nada, en el peor de los escenarios: «Podría robar por necesidad, pero no a la gente que va por la calle, a lo mejor en un establecimiento, a ser posible, ya que muchos son negocios grandes».
Madrid me gusta porque... Hay gente muy abierta.
Y no me gusta por... La inseguridad. Hay que andar con cuatro ojos.
Admiro a... Los que trabajan en una ONG o en albergues. Lo dan todo sin pedir nada a cambio.
No me gustan... Los políticos. Son bastante falsillos.