Nacen ratones sanos de esperma que pasó 9 meses en la Estación Espacial Internacional
- Tras pasar el esperma por un proceso de liofilización se ha observado que el ADN de los recién nacidos no sufre ningún daño.
- El experimento buscaba comprobar si la radiación a la que se está expuesto en el espacio afecta a la fertilidad.
Un equipo de investigadores japoneses ha descubierto que el esperma de ratón puede ser liofilizado (congelado y posteriormente introducido en una cámara de vacío para separar el agua), pasar nueve meses en la Estación Espacial Internacional (EEI) y después ser utilizado para fecundar con éxito, según ha informado el propio equipo en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU.
La finalidad del experimento, realizado por el científicos de la Universidad de Yamanashi, era comprobar si la radiación a la que se está expuesto en la EEI, cien veces mayor que en la Tierra, afecta a la fertilidad del esperma o a la salud de los recién nacidos. Todo esto con miras hacia el futuro para cuando, según dicen, el humano pase años en hábitats espaciales.
Se ha probado también que el esperma liofilizado puede ser reconstruido posteriormente con agua. El esperma espacial, sin pasar por un proceso de liofilización, reportaba algunos daños en el ADN, pero tras pasar por este proceso no hay muestras de tales daños. Los científicos comprobaron además que este proceso no afectó al ratio de nacimientos macho/hembra.
Además de este hay cientos de experimentos que la NASA está llevando a cabo en la EEI, la mayoría de ellos vinculados con la salud de los astronautas. Sin gravedad, los huesos pierden fuerza y se deteriora la visión. Las investigaciones en la estación han conseguido resolver el problema de los huesos, con la práctica de ejercicio, pero sigue sin haber una solución para el problema de la vista.
A menudo los investigadores buscan soluciones experimentando con animales, como este caso de los ratones. Con el próximo envío de cargamento a la estación irá también una gran cantidad de moscas de la fruta, ya que su sistema cardiovascular es muy similar al de los humanos. Estudiar su estancia en el espacio daría a los científicos algunas pistas sobre los problemas que podrían tener los astronautas en un futuro, tras estar sometidos a años de ingravedad.