300 personas protestan contra el trazado de la variante por la plana en la Vall d'en Bas
- Proponen la opción de la montaña de Marboleny.
- El acuífero se podría ver dañado.
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Cerca de 300 personas, en forma de cadena humana a lo largo de 800 metros, han protestado este fin de semana en la Vall d’en Bas contra la opción de hacer la variante subterránea por la plana.
Los manifestantes se han situado en medio del valle por dónde se considera que ha de pasar la futura variante de las Preses, una infraestructura clave para la finalización del eje Vic-Olot por el túnel de Bracons.
La concentración ha sido convocada por la Plataforma Salvem les Valls que considera que esta nueva fase del proyecto “es uno de los peores escenarios de todo el cúmulo de despropósitos”, que según ellos ha sido el tramo final del eje.
Tanto el Ayuntamiento de la Vall d’en Bas como la Plataforma creen que el Departamento de Política Territorial y Obras Públicas es partidista y está imponiendo la decisión de hacer el trazado de las Preses por el medio de la plana.
El portavoz de Salvem les Valls, Raül Valls, piensa la Generalitat que “hay otros trazados y se está abriendo la caja de Pandora de muchos peligros”. Aparte del valor agrícola, Valls asegura que los terrenos tienen debajo un importante acuífero que se puede ver gravemente alterado.
El Ayuntamiento de la Vall d’en Bas, que también ha participado en la concentración, ha insistido que es “muy peligroso tocar el acuífero porqué además de que podría provocar daños irreversibles, el acuífero de Olot viene de la Vall d’en Bas y Olot sólo tiene un pozo. Así que unos cuantos habitantes se podrían quedar sin agua”.
El Ayuntamiento, Salvem les Valls y el sindicato de agricultores consideran que la mejor opción es un trazado que pase por la montaña de Marboleny. “Aunque es un mal, este es menor en comparación con lo que podría ser llegar a ser la opción de la plana d’en Bas”, ha señalado Valls.
Con esta manifestación esperan que a partir de ahora las cosas se hagan bien para llegar a un acuerdo, que los procesos de participación sean reales y que expertos y científicos, así como entidades y ayuntamientos puedan tomar una decisión en función de argumentos no “estrictamente interesados”.
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