Veinte afectados siguen con ayuda psicológica y seis en rehabilitación
Desde la Asociación de Víctimas 3-J señalan que «los heridos han cobrado una parte de la indemnización, pero quienes aún están en rehabilitación y no han recibido el alta, no». Los familiares de las víctimas recibieron las indemnizaciones a principios de año. Cada familia, 186.000 euros.
Enfermera para el niño
Para los familiares de las víctimas mortales, el último año ha sido duro. Las 43 familias han cambiado su forma de vida. Es el caso de María José Gilabert, que perdió a su madre, Josefa. Ella cogía el metro todos los días para desplazarse de Paiporta a Valencia, lugar en el que trabajaba.
Josefa se encargaba de cuidar a su nieto, que está en coma. María José tuvo que pedir ayuda a la Generalitat para poder cuidar a su hijo. Ahora, una enfermera está con ellos, algo que María José agradece, pero lo que no acepta es la forma en que se está llevando judicialmente el accidente.
Esta actitud la comparte la mayoría de familiares de las víctimas. El presidente de la asociación, Enric Chulio, ha declarado a
Les Corts han convocado para hoy a las 12.00 h una concentración en la que guardarán cinco minutos de silencio. Asimismo, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana hará un parón, a las 13.00 h, de tres minutos, por lo que todos los trenes y tranvías que estén en circulación se detendrán. La Asociación de Víctimas del Metro recorrerá la línea 1 a partir de las 10.00 h. A las 19.00 h se oficiará una misa en la catedral en memoria de los 43 fallecidos.
«Tenía la bici rota y subí a la línea 1. No volveré hasta que no sea segura»
Ana Esplugues es una de las supervivientes del fatídico accidente. Después de un año, sigue haciendo rehabilitación física y psicológica. Pese a lo duro que le resulta salir en los medios, accede a contar su historia para que el suceso no quede nunca en el olvido.
Por casualidad. Solía ir en bici, pero la tenía rota.
Iba con una amiga junto a la puerta del maquinista. Entonces, notamos cómo empezó a traquetear y a acelerar. La puerta se abrió y el tren comenzó a inclinarse hasta que volcó y se apagaron las luces. Entonces, aparecimos en las vías. No recuerdo mucho más, sólo gritos de socorro.
Por completo. Antes iba a trabajar en mi beca de investigación y tenía mis aficiones, que eran viajar y hacer excursiones con los amigos. Ahora, cualquier distancia, para mí, es un mundo.
La más grave, y por lo que hago rehabilitación diaria, es por el tobillo izquierdo, que aparentemente tenía cogido sólo por el tendón de Aquiles. Casi no tengo movilidad y me cuesta andar.
No. Había tres personas encargadas de atendernos. Cuando estaba ingresada sí venían, pero luego sólo nos llamaron un par de veces.
En la línea 1 no, porque no estoy segura de que hayan adoptado todas las medidas de seguridad posibles. Mientras no la igualen a la 3 y 5, no pienso volver a subir.
BIO
Tiene 27 años y nació en Valencia. Estudió Enfermería y tenía una beca del Ministerio para un proyecto sobre infancia y medio ambiente que le han congelado.
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