Tierra Viva

El primer arrecife artificial español logra regenerar vida

Pulpos, estrellas de mar y multitud de bancos de peces y algas ya pueblan el arrecife artificial fondeado desde agosto de 2014 en la playa de la Malvarrosa de Valencia, que ha demostrado su capacidad para favorecer la repoblación natural de diferentes especies.
EFE / Fundación Deportiva Municipal

El arrecife artificial instalado hace casi un año en la playa de la Malvarrosa, en Valencia, primera instalación deportiva subacuática de España dedicada a regenerar playas y preservar la biodiversidad con un enfoque al ecoturismo, ha probado su capacidad para regenerar la vida marina.

Pulpos, estrellas de mar y multitud de bancos de peces y algas ya pueblan el arrecife artificial fondeado desde el pasado agosto en la playa de la Malvarrosa de Valencia, que ha demostrado así su capacidad para favorecer la repoblación natural de diferentes especies.

Este es el resultado de la primera fase del Proyecto Arrecifes Valencia, liderado por la Fundación Deportiva Municipal (FDM), que se convirtió hace casi un año en la primera instalación deportiva subacuática de España cuya finalidad es preservar la biodiversidad y ser foco de atracción de aficionados al ecoturismo y al buceo.

A lo largo de estos meses, se ha podido ver en estos arrecifes, formados por tres grandes estructuras de hormigón sumergidas a unos 180 metros de la costa y 4 de profundidad, diferentes especies de animales y plantas que "completan una biodiversidad difícil de encontrar en los fondos arenosos de las playas de la ciudad".

Según comenta la directora del proyecto y técnico de la FDM, Natividad Domingo, estos primeros resultados "constatan la importancia del proyecto como prototipo experimental enfocado a la estabilidad litoral para frenar la degradación de la playa, capaz de crear nuevos puntos de vida con la aparición de flora y fauna en espacios donde sólo existen bancos de arena".

La experta afirma que demuestra también que se puede "ampliar la oferta turística entrando en el sector del ecoturismo subacuático, vector turístico con gran demanda en la actualidad y ofrecer a los usuarios de la playa de la Malvarrosa un punto de referencia para potenciar nuevas actividades deportivas en el medio marino".

"Seguimos trabajando para generar hábitats que favorezcan la implantación de la biomasa marina", apunta José Rafael García March, profesor de Veterinaria y Ciencias Experimentales de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y director Científico del IMEDMAR-UCV.

"Los sustratos rocosos en medio de sustratos sueltos son un punto de atracción para los organismos marinos, donde la heterogeneidad del sustrato genera lugares de escondite, alimentación, descanso o desove para la fauna de multitud de especies", añade.

Atracción para los amantes del buceo

De este modo, a apenas 200 metros de la arena en la Playa de la Malvarrosa, los aficionados al submarinismo y los que deseen iniciarse cuentan ya con el primer arrecife artificial de España para la práctica de este deporte.

El Arrecife Malvarrosa está formado por tres módulos, diseñados y construidos desde el Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón de la Universidad Politécnica de Valencia.

Son piezas de unos doce metros cuadrados de base y 1,80 metros de altura, que simulan, respectivamente, la cubierta del Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, los cinco aros olímpicos y ánforas semienterradas. "Se les dio esta forma para que fueran reconocibles y atractivas para el practicante del submarinismo", apunta el catedrático de la UPV, Pedro Serna Ros.

De sus características, destaca sus diferentes texturas en los acabados y las variadas volumetrías que crean habitáculos subacuáticos distintos con la idea de obtener diferentes resultados en cuanto a la repoblación de especies en estos módulos.

Uno de los objetivos del proyecto es comprobar si la instalación de los módulos tiene un efecto sobre la costa, ya sea positivo o negativo, unos trabajos están siendo coordinados por el investigador del Laboratorio de Puertos y Costas-Instituto de Transporte y Territorio de la UPV, José Serra Peris.

"Hasta ahora hemos visto que no incide negativamente y seguimos analizando la dinámica del litoral. En el caso de que incida positivamente, este proyecto nos ofrecerá una solución para proteger las playas de Pinedo, Saler y Devesa. Podríamos decir que el proyecto Arrecife Valencia es un ensayo a escala 1:1", apunta Serra.

Asimismo, Serra destaca también el efecto de atracción sobre la fauna que han tenido los módulos. "Hay que señalar que antes de fondearse en la playa, los módulos estuvieron sumergidos desde abril en aguas abrigadas de la Marina Real", recuerda.

"Este fondeo previo ha dado como respuesta una colonización rápida del arrecife artificial, lo que podría llevarnos a pensar que se trata de una buena estrategia para conseguir dicha colonización en poco tiempo, si bien este extremo debe ser refrendado por el análisis de los biólogos", subraya Serra. El proyecto ejecutado en la playa de la Malvarrosa ha abierto la puerta a una nueva actuación más ambiciosa en el entorno de El Saler.

Nuevos proyectos

El equipo técnico de Arrecifes Valencia trabaja ya en un nuevo proyecto de arrecife pensado para la defensa litoral de la Playa de la Garrofera, actualmente en un estado de degradación importante. "Se trata todavía de un proyecto, si bien en el caso de que se lleve adelante, creemos que generará un efecto de protección del litoral, lo que permitirá la regeneración de las castigadas playas situadas al sur del Puerto de Valencia", apunta Cristóbal Serra.

"Si este proyecto se lleva a cabo, sería un factor importante para la revitalización turística la zona de El Saler, la afluencia de turismo de ámbito científico, medioambiental y deportivo fomentaría la reapertura de instalaciones de servicios de esta zona que a día de hoy se encuentran cerrados, e impulsaría la práctica de actividades deportivas acuáticas y subacuáticas en el entorno", apunta Santiago Sanmartí, técnico del Proyecto Smilesea.

En el proyecto liderado por la FDM participan investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad Católica de Valencia, la concejalía de playas, el equipo de buzos del Centro Valenciano de Formación Náutica y Subacuática Politsub, el Club de Submarinismo Amigos del Buceo y técnicos deportivos del Proyecto SmileSea.

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