La ciudad de los soportales
Mirando a los Alpes
La mole funciona como doble atracción al albergar el Museo Nacional de Cine de Italia, además de ofrecer una veloz subida en ascensor hasta la cúpula, donde se obtiene una bella vista de las montañas alpinas, en las que se celebraron los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006.
Turín no recuerda demasiado al resto de Italia, pero si se pasea por el mercado de Porta Palazzo, el más grande de Europa al aire libre, se rememora de golpe en qué vibrante y mediterráneo país nos encontramos.
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Cafés y cacao de museo
Naturaleza, compras (no hay que olvidar las grandes posibilidades de shopping que el diseño italiano ofrece a los turistas), arquitectura y monumentos tienen como postre la variada oferta de pastelerías, muchas de ellas auténticos museos urbanos de principios del siglo pasado.
En cafés como el Torino, el San Carlo y el Bicerín –que ofrece un particular café de idéntico nombre– parece haberse detenido el tiempo. Si se visita Turín este mismo año, conviene recordar que la ciudad comparte con Roma la capitalidad mundial del libro. Otra cita anual muy dulce tiene que ver con la feria CioccolaTò.