Cultura

Inma Cuesta: "Siempre tengo la sensación de no haber llegado a ningún sitio"

La actriz Inma Cuesta estrena la película Las ovejas no pierden el tren
ELENA BUENAVISTA

Esta actriz, nacida hace 34 años en Valencia y criada en Arquillos (Jaén), ha protagonizado una de esas hermosas historias que de vez en cuando suceden en el mundo del espectáculo. Hace diez años nadie la conocía, hasta que Nacho Cano la eligió entre cientos de aspirantes para ser la coestrella del musical Hoy no me puedo levantar, basado en las canciones de Mecano, el mítico grupo de los ochenta. Hoy, a Inma Cuesta se la disputan los grandes nombres de nuestra cinematografía, desde Alberto Rodríguez (Grupo 7) hasta Pablo Berger (Blancanieves), pasando por Daniel Sánchez Arévalo (Primos) o Álvaro Fernández Armero, con el que ha trabajado en Las ovejas no pierden el tren (estreno 30 de enero).

Bendecida por una belleza deslumbrante a lo Julio Romero de Torres y con una mirada intensa y pasional, va puliendo, a base de esfuerzo, un talento innato del que solo puede esperarse lo mejor. Hay pocas actrices en España que atesoren tantos registros distintos, que se desenvuelvan a la perfección en el teatro (aún reciente su éxito con ¡Ay, Carmela!, al lado de Javier Gutiérrez y bajo la dirección de Andrés Lima), que dominen de esa forma la gran pantalla en cualquier género (incluso en películas de acción como Invasor, de Daniel Calparsoro) y que cada semana nos tengan literalmente pegados al televisor con un nuevo episodio y una nueva ración de esa fuente de dolor y atracción que es su rol de Margarita en la serie Águila Roja.

Con Las ovejas no pierden el tren vuelves a probar suerte en la comedia, después de3 bodas de más. ¿Qué te sedujo del papel que interpretas en esta nueva película de Álvaro Fernández Armero?

Sigo el trabajo de Álvaro desde Todo es mentira, y después con Nada en la nevera, El juego de la verdad o Salir pitando, entre otras. Me gusta el tipo de comedia que hace. Del guion que escribió, me atrajo lo que contaba sobre tratar de encontrarse a uno mismo o, al menos, no engañarse con cosas para las que no estás hecho aunque te obsesiones con ellas. Me encantó cómo reflejaba eso y también las conclusiones a las que llegaba.

El reparto del filme es importante.

Impresionante, de lujo. Raúl Arévalo, Candela Peña, Kiti Mánver, Alberto San Juan, Jorge Bosch, Irene Escolar, Miguel Rellán, Petra Martínez... Habría sido imperdonable no estar en esta película. Nos hemos divertido mucho rodando. Y con Candela Peña ha sido un flechazo que creo que durará siempre.

Te has convertido en muy poco tiempo en una actriz muy cotizada, que casi garantiza el éxito de la producción en la que intervengas. ¿Te da vértigo?

Mi carrera se ha ido haciendo paso a paso, sin prisa pero sin pausa, tentando el terreno que piso. Dentro de mis posibilidades, he intentado elegir bien mis trabajos, asimilando todo lo que ha ido ocurriendo muy poco a poco. Mi sensación es más bien de respeto y cautela. Con cada trabajo, procuro sentirme satisfecha y encaro el siguiente con el mismo empeño. Esta es un carrera de fondo, no de quien llegue antes a la meta… y yo nunca tengo la sensación de haber llegado a ningún sitio.

De la mano de Daniel Sánchez Arévalo has protagonizado, junto a Hugo Silva, una nueva experiencia escénica como es el microteatro de Hanky Panky.

Ha sido muy gratificante. Lo hemos hecho durante tres fines de semana en Madrid, entre noviembre y diciembre. Me gusta enfrentarme a nuevos retos, conocer mis límites, o intuirlos, investigar caminos por los que nunca antes había transitado como actriz o incluso como persona. Me imponía mucho interpretar una pieza de teatro que dura entre 15 y 20 minutos teniendo al público tan cerca de mí. Pero Daniel es estupendo escribiendo y dirigiendo, y la colaboración con Hugo ha sido también fantástica. Nunca habíamos actuado juntos.

Desde tu punto de vista, ¿qué es lo que encuentran millones de telespectadores en la serie Águila Roja?

Nadie sabe dónde está la clave del éxito durante tantas temporadas. Estamos grabando la séptima. Imagino que es una serie que reúne frente a la pantalla de la televisión a toda la familia, que abarca un amplio tramo de edades y gustos, cosa que es muy difícil de lograr, y eso es mérito de los guionistas y del equipo técnico. Águila Roja contiene aventuras, intriga, romanticismo, comedia, melodrama… Tenemos la inmensa fortuna de que los seguidores de la serie son muy fieles y permanecen ahí, ansiando que haya nuevos episodios, a pesar de las largas esperas y los cortes repentinos de las temporadas. En mi caso, personalmente no puedo estar más agradecida y contenta.

El último verano rodaste La Novia, de Paula Ortiz, basada en Bodas de sangre. Interpretar un personaje de Federico García Lorca era uno de tus sueños.

Sí, estoy muy satisfecha. Las mujeres que Lorca retrató en sus piezas tienen una fuerza dramática muy especial, papeles ideales para que una intérprete dé el todo por el todo. Adela, de La casa de Bernarda Alba, es uno de mis favoritos, y la novia de Bodas de sangre, también, porque es un modelo de pasión y arrebatamiento. Además, Paula le ha dado un aire muy original a la obra, que como todos sabemos es de las más representadas de García Lorca. Ha conseguido que la poesía que está siempre palpitante en sus textos tenga movimiento, que su simbolismo y su mundo onírico estén más presente que nunca, que tengamos el drama tan cerca como si cada uno lo llevara dentro. Todos los que hemos participado en la película sentimos que la obra ha viajado a través de la directora, que ya es tanto de Lorca como de Paula Ortiz.

¿Cómo se siente uno cuando un director de casting tan importante y prestigioso como Luis San Narciso -y no solo él- se refiere a ti como "el primer plano más importante del cine español"?

Pues me siento halagada y conmovida. ¿Qué puedo decir? Sin embargo, yo creo que es muy exagerado. Me lo tomo como lo que es, un elogio desmesurado y gentil, pero no me parece real. Tenemos tantas buenas actrices españolas y con tanta fuerza ante la cámara...

Tu último rodaje ha sido el de la película Los miércoles no existen, que es una adaptación de la obra homónima de Peris Romano, el director del filme. Una comedia y también un musical.

No es exactamente un musical, sino que la música sirve como una pieza más, como un elemento más para apoyar la historia. A veces los personajes tararean una melodía que acompaña a una secuenciay, a partir de ahí, se desarrolla toda la acción. Encarno a Mara, una mujer independiente o que pretende serlo. Segura de sus metas profesionales, pero no tanto de lo que necesita como persona. Tiene dudas constantes sobre muchas cosas, por ejemplo, de la imagen que proyecta, de lo que los demás opinan de ella...

En esta película también participa María León, con la que tienes una gran amistad desde La voz dormida.

Bueno, compartimos película, pero no coincidimos en ni un solo plano. Me gustaría que tuviéramos otra oportunidad de trabajar juntas, codo con codo. Sería maravilloso y un auténtico regalo.

Parece que una de las grandes facetas de Inma Cuesta es la musical. ¿Te gustaría grabar un disco?

En realidad no es ninguna faceta. Solamente he hecho dos musicales, Hoy no me puedo levantar y ¡Ay, Carmela!, y me ha parecido una experiencia fantástica. Si tengo oportunidad, volveré a repetir con otro proyecto de estas características. Me encanta la música y guardo un gran respeto y admiración por todos los profesionales que se dedican a esta especialidad. Creo que es tan difícil o más que actuar. Siempre he cantado, desde que era pequeña, allá en mi pueblo, y luego cuando estudiaba Arte Dramático en Córdoba. Si me toca interpretar algún personaje que tiene que cantar, lo hago de mil amores y me entrego totalmente. Pero, no, grabar un disco ni me lo planteo. Son palabras mayores. Requiere una preparación que quizá no tenga. Lo veo muy complicado. No sé, tal vez en el futuro.

¿Ser miope te ayuda en algo cuando actúas en teatro, como por ejemplo a concentrarte? ¿Puede ser también un refugio ante el miedo escénico?

No tengo miedo escénico, únicamente el nervio necesario que te arranca el teatro, que es siempre un tirón muy fuerte, muy intenso. A veces utilizo las gafas para trabajar, como en 3 bodas de más, pues Ruth, mi personaje, las llevaba casi constantemente y era parte esencial de su fisonomía. Es cierto que cuando no las utilizo me ayuda a concentrarme en lo que sucede en escena, y eso me parece que está muy bien. Al público lo pierdo mucho de vista. Sé que está ahí, pero no me preocupa.



¿Es verdad que cuando fuiste al casting de Hoy no me puedo levantar trabajabas en una tienda de ropa y te pusieron pegas o incluso te miraron mal por querer hacer otra cosa que la tarea de la tienda?
Por entonces estaba formándome en una escuela de teatro musical y luego cumplía mi horario en la tienda; pero no es verdad, como se ha dicho otras veces, que me miraran mal ni me pusieran inconvenientes para ir al casting de la obra. Lo que sí es cierto es que mis compañeros se reían porque pensaban que no estaba a mi alcance conseguir ningún papel en una convocatoria multitudinaria como era la del musical de Nacho Cano. No les entraba en la cabeza que cogieran a aquella chica que doblaba pantalones de pinzas y camisas.

En alguna ocasión has comentado que hay pocas historias en el cine que giren en torno a las mujeres.

Y es verdad. Solo hay que ir a las salas y tomar nota de las películas que hay en la cartelera, de qué van, qué papel se les adjudica a las mujeres, si son ellas las protagonistas... Me parece que las conclu- siones que cada uno puede sacar no ofrecen dudas. Tenemos que seguir recorriendo un camino proigualdad que ya se ha emprendido, pero aún nos quedan muchos objetivos pendientes de alcanzar en ese sentido.

¿Con qué personaje te quedas de algunos de los que has interpretado: Carmela, Hortensia de La voz dormida, Ruth de 3 bodas de más, Elisa de Amar en tiempos revueltos o Margarita en Águila Roja?

Es difícil elegir, me pones en un brete. Cada uno me ha aportado algo distinto y significativo, me ha hecho más actriz de lo que era antes. Son emociones muy intensas. Carmela es una luchadora y una pobre mujer que le ha tocado vivir tiempos muy complicados, como son los de la Guerra Civil española. Luego, Hortensia es una víctima de la inmediata posguerra, de las represalias de un implacable bando vencedor. Ruth logra encandilarnos con sus continuas torpezas. Por su parte, Elisa es otro personaje que, como Carmela, hace de la necesidad virtud y consigue así salir adelante en tiempos también muy duros.Y Margarita es tan distinta a mí que incluso me ha enseñado cosas que desconocía de mí misma. En el fondo, no me parece honesto elegir entre ninguna de ellas. A todos estos personajes les debo muchoy estoy muy agradecida de lo que me ha dado cada una.

¿Te sentiste decepcionada al no ganar el Goya por La voz dormida o 3 bodas de más?

No, para nada. Me gustó tanto ser parte de esas dos películas, que han sido fundamentales en mi carrera, que todo lo que vino después fue como una especie de regalo, algo con lo que no me atrevía a soñar. Ser nominada al Goya es una distinción muy hermosa, y además por dos personajes tan diferentes. Me da la impresión de que estar seleccionada por esas películas de géneros distintos es señal de que mi trabajo ha sido efectivo y me valoran.

¿Quién ha sido el director más importante en tu carrera hasta el momento?

Cada personaje que interpreto y cada director lo han sido. De todos he ido aprendiendo algo nuevo. De Daniel Sánchez Arévalo su sutileza, de Daniel Calparsoro su garra, de Pablo Berger su detallismo, de Benito Zambrano (La voz dormida) su sentido trágico, de Javier Ruiz Caldera (en 3 bodas de más) su comicidad irrefrenable. O con los que acabo de rodar, Álvaro Fernández Armero, que hace que el trabajo sea muy fácil y crea un gran ambiente. Paula Ortiz, que tiene dentro tanto para dar; o Peris Romano, con mucha inventiva. Todos me han ayudado en mi proceso creativo para contar la historia del personaje que incorporaba, para lograr el tono que requería.

¿Y con qué cineasta te gustaría trabajar en el futuro?

Son muchos. Me encanta el cine que hace Rodrigo García [hijo de Gabriel García Márquez] y, claro, soy fan de la obra de Pedro Almodóvar, de Alejandro Amenábar, de Julio Medem. Espero que algún día pueda colaborar con ellos. En España hay grandes directores. Afortunadamente, ya he trabajado con unos cuantos genios.

Has demostrado que no te importa hacer papeles pequeños si la película es interesante, como en Invasor, Grupo 7, Blancanieves o, con más recorrido, Primos. ¿Vas a seguir en esa línea o crees que debes centrarte más en personajes protagonistas?

Quiero seguir eligiendo mis papeles al margen del posible protagonismo en la historia. No es lo más sustancial. Me parece que muchas veces los personajes que tienen más líneas de diálogo no son precisamente los más interesantes en una película, los que te hacen crecer como actriz, los que te pueden ofrecer la posibilidad de hacer un buen trabajo, que es para mí lo primordial, y espero que siempre tenga clara esta perspectiva.

Cine, teatro, televisión, publicidad, portadas de moda... tu actividad es cada vez más amplia. ¿Pones en todos estos medios las mismas ganas?

Por supuesto. Yo soy profesional en cualquier campo. De la mañana a la noche, si es preciso. Claro que entiendo que son medios distintos, pero todos son igual de dignos y todos merecen la misma atención y la misma dedicación. El trabajo es siempre bienvenido, venga de donde venga. Lo que cuenta es la entrega, el interés que uno ponga en lo que está haciendo. Bueno, también darle a cada faceta el tratamiento adecuado.

¿Cuál es tu fórmula para el éxito, si es que piensas que la hay?

No creo que la haya. Supongo que tiene que ver con lo que haces a diario, con sentirte bien con ello. Eso es lo que se puede pedir a cada día. No arrepentirte demasiado de tus decisiones y tener cerca a las personas que estimas. También eso es fundamental. Quizá ese sea el mayor éxito que se puede conseguir. Como digo, yo no conozco otro camino para el triunfo.

¿Te molesta que te hayan comparado con Penélope Cruz?

Sería absurdo sentirse molesto porque te comparen con la actriz española más reconocida internacionalmente. Es un honor. Admiro mucho sus trabajos, su constancia, su inteligencia. Ojalá me reconocieran fuera de España de esa forma como lo hacen con Penélope. De todas maneras, yo me conformo con seguir mi camino e ir poco a poco. Admiración, sí, pero no envidio a nadie.

¿Cómo ves la situación del país y en concreto de la cultura y el cine?

Los cambios deben empezar por uno mismo. La cultura es importante, pero estamos obligados a no perder de vista la sanidad, la educación y tantas otras áreas que son vitales para nuestra existencia. Deberíamos todos dejar a un lado nuestras discrepancias y tratar de levantar el país a cualquier precio. A lo mejor, remando en la misma dirección llegábamos a algún lugar que conviniera a todo el mundo.

Eres una gran defensora de  los animales.

Sí, tengo una perrita que se llama Rumba, pequeña pero con mucho carácter. Siempre que puedo colaboro con diferentes organizaciones que velan contra el maltrato a estos seres inocentes. Los humanos pensamos a menudo que podemos hacer lo que nos dé la gana a los animales, que son nuestros siervos, y eso no es así. Tanto si son mascotas de compañía como si viven en libertad. Creo que tenemos una cuenta pendiente con ellos, y la mejor forma de saldarla es protegerlos y cuidarlos. Procurar que no se extingan tantas especies como ya han desaparecido.

¿Cómo es un día de tu vida que no tengas que trabajar?

Me gusta mucho pasear con mi perra, ver a la gente que quiero. Leo cuanto puedo y suelo ir al cine. También me encanta la cocina, aventurarme con platos y sabores y alegrarme si luego salen bien. La comida es uno de los placeres más intensos que hay en la vida. Sobre todo, claro está, si es de buena calidad y está hecha con amor y arte.

¿A quién admiras en tu profesión?

De pequeña me fascinaban Marisol y Concha Velasco. Y de esta última mi admiración no ha hecho más que crecer. Ya me gustaría tener la clase y la intensidad de Concha cuando llegue a su edad.

¿Y de otros ámbitos?

Me parece encomiable la labor que realizan las personas que han decidido luchar por un mundo más justo, más equilibrado, menos agresivo y sanguinario. Contribuir a que el bienestar de todos sea mayor es una de las mejores causas que se pueden emprender. Cuanto más altruistas seamos, huyendo del egoísmo, mejor será lo que nos rodea, más agradable y positivo. Aunque también es cierto que todos debemos procurar tener nuestro lugar en la tierra y tratar de ser felices individualmente.

loading...