Música

Melendi: "Me fallé hasta a mí mismo: entiendo que no pongan la mano en el fuego por mí"

El cantante asturiano Melendi, en un momento de la entrevista con '20minutos'.
JORGE PARÍS

Nuevo disco, nuevo pelo (rizado como jamás habíamos visto en Melendi), nuevas intenciones y con más ganas que nunca de situarse como cantautor.

Desde Septiembre hasta Tocado y hundido, todas las canciones del nuevo trabajo, Un alumno más, cuentan historias de amor, desamor, deseo y frustración. El sonido es más moderno: "Nos fuimos a Miami a eso, a buscar nuevas formas", pero las letras buscan no ser ni modernas ni antiguas, simplemente contar y si puede ser, permanecer aunque sólo sea un poco.

A sus casi 36 años, con el séptimo disco de estudio recién salido, el artista sabe bien de qué va todo esto, y pese a ello o por ello se desnuda durante la entrevista y en algún momento, que no parece debilidad sino más bien ganas de salir adelante y decir alguna que otra verdad, se le empañan los ojos.

Vaya cambio tanto en contenido como en continente en este trabajo, ¿no? ¿Tan intencionado como parece?

Pues no lo sé, yo veo a artistas que parece que saben lo que quieren y adónde van, y yo no tengo nunca ni idea de nada. Voy, pruebo, hago lo que me apetece, no sé adónde voy... Yo soy un cantautor.

¿Más aún en este trabajo?

Mucho más. Creo que el disco podría llamarse Historias. Son canciones de cantautor.

Ha dicho: "No sé adónde voy", ¿por eso el título del disco: Un alumno más?

En la música no hay que creer que ya estás aquí, que tienes todo aprendido.

¿Alguna vez creyó que ya estaba ahí y que ya lo sabía todo?

Más al principio que al final. Al principio era un chaval joven que se dejó llevar por las circunstancias. Ahora mismo te puedo jurar y te prometo que tengo mucho que aprender. Siempre veo fallos en los discos anteriores.

¿Puede escucharlos?

El primero no lo puedo escuchar, me salen urticarias al oírlo.

Pero llegó a mucha gente...

Sí, una locura, se vendió un millón de discos. Pero no tenía ni idea, eran canciones de un gamberrete que encajaron con el público. Creo que he sido la persona que más discos ha vendido y menos preparada ha estado en la historia de la música. A raíz de esos complejos me tomo muy en serio la música. Busco qué quiero ser...

¿Ya tiene alguna idea?

Sí, ya tengo una media idea. Canciones más serias y no tan desenfadas, no algo fácil.

¿Qué es lo fácil?

¿Cuántas veces me han criticado porque ya no hago rumba? Para mí lo fácil sería hacer rumba, pero eso no me llena.

Ha dicho que a raíz de todos esos complejos se puso en marcha, ¿el peor de todos los complejos?

Siempre he tenido mucha pelea con la voz pero no soy un cantante lírico, soy un cantautor y yo no tengo por qué tener una voz espectacular como la de Bisbal o Pablo. Por eso hay que ser honesto, acepto y trato de mejorar la voz pero no pasaré de cierto punto. Otras cualidades tengo: mira qué pelazo (toca su pelo rizado)...

Es la primera vez que lo veo con el pelo rizado...

Y yo. Es muy rockero, la crisis de los 40: me compro la moto y me hago la permanente.

¿Pero es eso permanente?

Es permanente. Te prometo por Dios que el que se diga de mí que me he hecho la permanente es lo que menos daño me puede hacer. Yo me alisaba el pelo. Ahora me he quitado el liso y me lo he puesto lo más natural.

¿Hay algo de liberador en ese gesto?

Hombre, levantarme por la mañana y mover la cabeza como un ovejero. Estoy encantado.

"Hagamos el equipaje con los recuerdos que vivimos", dice una de sus canciones, ¿cuáles metería usted ahora mismo en una maleta?

Tengo muchos recuerdos y muy bonitos, mucha gente que me ha intentado ayudar y que yo a veces no les dejé. Tengo los momentos de mis hijos. Y tengo momentos malos: de crisis, histerias, nervios. El día que escriba un libro va a ser interesante, pero mientras estén mis padres y mi abuela en pie prefiero no sacarlo. Contaría alguna verdad dolorosa para todos.

La canción que habla del enamoramiento ¿no dolerá a gente que lleve mucho tiempo?

Es que si te separas cada vez que no estás enamorado tienes que buscarte uno cada dos o tres años. El enamoramiento es una ilusión que desaparece. He tenido suerte, he tenido durante nueve años una grandísima mujer, y sigue estando a mi lado después de una separación. La sigo queriendo lo mismo. En el amor hay que ser consecuente.

Un alumno más de la vida, pero sobre todo...

De mí mismo, porque soy una persona con mucha tendencia a la frustración, y cuando me frustro soy absolutamente letal conmigo, no me perdono. Por eso tengo que tener mucho cuidado con las decisiones que tomo.  Y soy sensible, todo me afecta. Es una continua pelea, igual que tengo la pelea con las adicciones, que gracias a Dios la hemos vencido, pero que es una pelea, porque el que es adicto lo es toda la vida. El adicto no lo es por las cantidades que consume sino por las consecuencias que le trae. A mí cada vez que consumo o consumía... Para mí consumir es lo que hacía antes, consumía a unos niveles de todos los días y ahora si voy a una boda y me meto dos tiros eso no es consumir.

¿Diría qué difícil es ser Melendi?

Sería prepotente, pero es verdad, es muy difícil ser yo. Veo a mi hermana que todo es fácil y todo lo hace bien.

Piensa: ¿y por qué me ha tocado a mí?

Sí, ser tan hijoputa (ríe).

¿Es verdad eso que canta de que no pone la mano ni por usted?

Por mí el que menos. Me he fallado hasta a mí mismo. Yo no pongo la mano en fuego por mí y entiendo que no la pongan los demás.

Bueno, es que muchos se abrasan...

Es que suele ser así. Dime de qué presumes y te diré de lo que careces. Al final todos cojean por todos lados.

¿Los peores, los que más cojean?

Los que dicen que no tienen vicios. Los que dicen: yo no bebo yo no tal... Pues serás un putero o yo qué sé. No te voto.

¿Cómo es su carretera de estrecha y esa piedra con la que lleva tropezándose 35 años?

Esa canción habla de mí.  Soy una contradicción: un día pienso una cosa y digo no volveré a pasar por aquí y al día siguiente vuelvo a tropezar con lo mismo. Mi carretera es muy estrecha. Y la piedra enorme, pero no la veo.

¿Y qué hay de verdad en algo que también cantas en este disco: "Si veo que tus labios se acercan ya no los quiero"?

Los seres humanos tenemos esa tendencia tan estúpida de que aunque sepamos qué es lo mejor para nosotros en cuanto te lo dan fácil y te lo dan hecho ya no lo valoras.

Colabora en la gira con la Federación de Bancos de Alimentos, ¿está en un momento en el que prefiere ayudar a protestar cantando?

He protestado muchos años y me han dado por todos lados. Había titulares que decían: usted qué protesta si no ha leído un libro en su vida. A veces no saben por dónde atacarte.  Cuando era joven me metía en todo, supiera o no.

¿Qué le hace más libre a Melendi?

Decir la verdad, he pasado tantos años mintiendo, a mis padres... Cuando aprendí que decir la verdad liberaba tanto, te prometo que..., pero no siempre se puede decir. Es una conducta, una forma de vida.  Y dejar de esconder todos esos miedos y complejos que tenía.

¿Cuántas veces ha sido usted tocado y hundido?

Hundido nunca, tocado, unas cuantas, no se pueden ni contar. Y tocando fondo muchas más. Pero cada vez menos.