Un paseo por los tesoros de Zaragoza, mucho más que El Pilar

  • La Basílica del Pilar impresiona por su gran tamaño y su virgen por lo pequeña.
  • La Seo, la Aljafería y la iglesia de San Pablo forman el conjunto del mudéjar aragonés declarado Patrimonio de la Humanidad.
  • Cuatro museos integran la llamada Ruta Caesaraugusta: el del Teatro, el del Foro, el del Puerto Fluvial y el de las Termas Públicas.
El imponente perfil del Pilar junto al Ebro a su paso por Zaragoza.
El imponente perfil del Pilar junto al Ebro a su paso por Zaragoza.
FLICKR/Willtron
El imponente perfil del Pilar junto al Ebro a su paso por Zaragoza.

A la hora de visitar Zaragoza y conocer su rico patrimonio histórico y artístico se impone siempre el perfil de la Basílica del Pilar. Es cierto que es su gran icono y una visita imprescindible, se crea o no, pero la historia ha dejado otras huellas de tanto o más interés. Recorremos algunos de esos hitos de Zaragoza.

La Basílica del Pilar impresiona por su tamaño, pero también por el arte que encierra este templo barroco. Aparte de la Santa Capilla, obra del siglo XVIII diseñada por Ventura Rodríguez, que preside la Virgencita desde lo alto de su columna, destacan el retablo mayor de Damián Forment, el coro mayor, el órgano y los frescos de Goya que decoran la bóveda del Coreto y la cúpula Regina Martyrum.

De la Virgen del Pilar llama la atención que siendo tan famosa y patrona de algo tan grande como la Hispanidad, mida solo 36,5 centímetros. Tiene un armario con diez coronas diferentes y mantos de todas las épocas y colores (blancos, morados, verdes, rojos, azules…).

Aunque la fama se la lleve la basílica del Pilar, en la misma plaza hay otra catedral, la de San Salvador. La Seo es la segunda catedral en importancia, pero la primera en el tiempo. Se asienta sobre lo que fue el foro romano y más tarde la mezquita mayor. Empezó a construirse en el siglo XII en estilo románico, pero hubo obras hasta 1704. Hay elementos de todas las épocas y estilos intermedios, pero los que tienen una especial relevancia son los mudéjares del ábside, la capilla de la Parroquieta y el cimborrio, que forman parte, junto con la Aljafería y la iglesia de San Pablo, del conjunto del mudéjar aragonés declarado Patrimonio de la Humanidad.

El brillante mudéjar aragonés

Detrás de la Seo se esconde el arco del Deán. En este rincón los relojes atrasan hasta el siglo XIII, que fue cuando se construyó este pasadizo elevado para comunicar directamente la catedral con la nueva casa del deán. Su precioso mirador, con ventanales de tracería gótico-mudéjar, data del siglo XIV.

La torre de la iglesia de San Pablo es el máximo exponente del mudéjar en Zaragoza. Es octogonal y tiene estructura de alminar almohade, con una torre exterior que envuelve a otra interior, situándose entre ambas las escaleras.

La Aljafería, el Palacio de la Alegría que soñó para su recreo el monarca Al-Muqtadir, es una de las tres grandes joyas artísticas de la presencia musulmana en el sur de Europa, junto con la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba. Tras la conquista cristiana, la Aljafería fue, ya en su época mudéjar, residencia de Pedro IV de Aragón y palacio de los Reyes Católicos. Hoy es sede de las Cortes de Aragón. Hermoso el patio de Santa Isabel, con su jardincillo y sus pórticos de arcos afiligranados. También hay que ver el Salón Dorado y el Oratorio.

Zaragoza comenzó siendo la romana Caesaraugusta. Las ruinas de aquella población se concentran en la zona oriental del casco antiguo, entre las calles Don Jaime I y del Coso, y pueden verse en los cuatro museos que integran la llamada Ruta Caesaraugusta: el del Teatro (capaz de albergar 6.000 personas), el del Foro, el del Puerto Fluvial y el de las Termas Públicas.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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