Oficios ancestrales que hoy se mantienen vivos gracias a los artesanos del siglo XXI

Hay oficios que, gracias a la maestría, la tradición y la herencia, se han convertido en arte. Un arte que va más allá del que se puede encontrar en los museos, las galerías o las fachadas de edificios ancestrales.

Y que perdura con el paso de los años gracias a los artesanos contemporáneos, que mantienen viva la esencia de la vieja escuela.

Diego Rodríguez es un ejemplo de ello. Es maestro soplador de la Real Fábrica de Cristales de la Granja (Segovia), donde se han creado durante siglos piezas únicas, realizadas con la sabiduría, el mimo y el esmero que imprime la tradición.

Hoy, casi 300 años después, los maestros sopladores como Rodríguez mantienen viva esa experiencia con un minucioso proceso fiel a su origen, gracias al cual son capaces de dar forma transparente a las ideas.

Recientemente, este joven maestro se ha convertido en embajador de Alhambra Reserva 1925 que, a través de la campaña Arte por Descubrir, quiere dar a conocer los misterios de oficios artesanos y rendir homenaje a quienes los desempeñan.

Rodríguez sustituye como embajador de la marca a otra joven artesana, Alicia Ramírez, perteneciente a la sexta generación de una familia de luthiers, capaz de construir con sus manos la guitarra que cautivó a Eric Clapton.