Salvador campos, 66 años
Su acento mexicano y el modo en que siempre utiliza la palabra justa parecen los de una eminencia. Es un hombre religioso y habla de forma pausada. La familia es para él «la base de todo».
Vivió tres años en EE UU y tenía la ilusión de volver a su pueblo tras progresar: «No me pude radicar allí por mis principios, es un país con una moral muy relajada». Sin embargo, nunca había viajado a Europa y le sorprende lo que ve: «Pensé que Madrid era una ciudad más moderna, y veo que no. Todo se conserva más o menos. Soy de Mexico DF y allí todo son rascacielos».
Madrid me gusta porque...
... es tranquilo. Si creen que Madrid es acelerado, vayan para México DF. Allí no hay ni un ratito de esparcimiento y todos estamos locos.
Y no me gusta por...
... hasta ahorita todo me ha gustado.
Admiro a...
... Juan Pablo II. Sentía que ese hombre tenía algo diferente.
No me gusta...
... los que están arriba y no piensan en los de abajo.