Desde el verano, la Policía podrá multar a los ‘gorrillas’
Con esta normativa, al Ayuntamiento ya no le costará un euro el vandalismo callejero. Incluso reembolsará más dinero, pues los autores de la quema de un contenedor o una papelera o del dibujo de graffiti en fachadas abonarán una multa y pagarán la reparación.
Así, quien haga una pintada se enfrenta a una sanción de hasta 750 euros, y si es en un transporte o parque, puede llegar a los 1.500. Prender fuego al mobiliario urbano tendrá una multa de hasta 750 euros, al igual que volcar contenedores, orinar o escupir en la calle y verter bebidas en las plantas y jardines de los parques. No obstante, la ordenanza recoge multas graves –hasta 1.500 euros– y muy graves, que puede llegar a los 3.000.
Una costumbre muy arraigada en Bami
El barrio más conflictivo por los aparcacoches ilegales es/ha sido desde hace muchos años Bami. Allí la convivencia entre vecinos y gorrillas se ha convertido en un problema. Los vecinos ya han protagonizado numerosas protestas para exigir una solución.
Menores
Trabajos sociales
En las infracciones hechas por menores, las multas podrán sustituirse por trabajos sociales según el tipo de acto cometido. Sus padres o tutores serán los responsables subsidiarios de los daños ocasionados.
Hacer ‘rabona’
De la calle a casa
Los que hacen rabona no sólo deberán cuidar que el profesor no les pille. La Policía Local, en caso de encontrarse a menores de 16 años en espacios públicos en horas de clase, los identificará y llevará a casa.
A más competencias
Más policías
El Sindicato de la Policía Local lo tiene claro: para hacer cumplir estas normas hace falta dotación. Reclama que el aumento de competencias vaya parejo con un aumento del número de agentes de policía.