Riberas de Castronuño-Vega, naturaleza protegida en la provincia de Valladolid

  • Es un humedal de 8.420 hectáreas declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en 1992 y Reserva Natural diez años después.
  • Este oasis en medio de la meseta castellana da refugio a 189 especies de aves.
  • Una bodega de la zona está en trámites de ser la primera bodega europea en conseguir el sello "Red Natura 2000".
Las Riberas de Castronuño-Vega están al oeste de la provincia de Valladolid.
Las Riberas de Castronuño-Vega están al oeste de la provincia de Valladolid.
WIKIPEDIA/El Pantera
Las Riberas de Castronuño-Vega están al oeste de la provincia de Valladolid.

A su paso por el oeste de Valladolid, las aguas del Duero se remansan para dar refugio a numerosas aves, como garzas reales, aguiluchos laguneros, zampullines cuellinegros y martinetes, que encuentran en esta tierra de tradición vinícola un balneario donde pasar el invierno.

Las Riberas de Castronuño-Vega del Duero, un humedal seminatural de 8.420 hectáreas declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en 1992 y Reserva Natural diez años después, conforman un singular ecosistema fluvial con el mérito de ser el único espacio natural protegido de la provincia de Valladolid.

El embalse de San José, en Castronuño, amansa al Duero en esta zona de la comarca de Montes Torozos y forma una suerte de oasis en medio de la meseta castellana, poblado de álamos, chopos, olmos, majuelos y cañizo que dan refugio a 189 especies de aves.

Desde la protección de este espacio natural de la Red Natura 2000, los cuatro municipios englobados en la reserva, Castronuño, Pollos, Torrecilla de la Abadesa y Tordesillas se promocionan por su valor ecológico y se han dado a conocer como destino turístico.

Menos conocidas que otros espacios protegidos de la región, como las Lagunas de Villáfafila, las Hoces del Río Duratón o los Arribes del Duero, las Riberas de Castronuño han intentado convertirse en un destino turístico y promocionarse como la "joya natural" de la provincia castellana.

Claro que la conservación no está reñida con el desarrollo económico, como demuestran las iniciativas de varias empresas familiares de esta zona, que han apostado por desarrollar negocios basados en la tradición agrícola y ganadera con el valor añadido de producir dentro de un espacio natural protegido. Hay ya vinos, quesos o repostería, que llevan el sello Marca Natural porque se elaboran dentro de un espacio natural.

Por ejemplo, Bodegas Copaboca, en Torrecilla de la Abadesa, el respeto al medioambiente es la "filosofía" de negocio. En sus 135 hectáreas de viñedo, pertenecientes a la Denominación de Origen Rueda, no se utilizan pesticidas ni herbicidas y las vides se abonan con su propio sarmiento, las ramas de las cepas que se cortan durante la poda.

Entre los meses de abril y junio, cigüeñas y garzas surcan los viñedos de Copaboca, y otras pequeñas aves como ruiseñores, zarceros o tarabillas anidan en estas cepas de uva verdeja.

Concienciada con la protección de la fauna y sus hábitats, esta joven empresa vinícola de Torrecilla de la Abadesa está en trámites de ser la primera bodega europea en conseguir el sello "Red Natura 2000", con la colaboración de la ONG conservacionista SEO/Birdlife.

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