Jaén

El acusado de atropellar a su sobrina menor niega intención de matar a nadie y "siente la desgracia"

Instante del juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Jaén
EUROPA PRESS

El hombre acusado de matar a su sobrina de cinco años tras atropellarla el 19 de enero del pasado año 2012 en el municipio jiennense de Bailén junto a unos tíos suyos —hermana y cuñado del encartado—, ha negado este lunes que tuviera intención de matar a nadie, y, de hecho, ha explicado que todo ocurrió "muy rápido", de modo que "estaba intentando aparcar" con su coche "y de pronto se vio estampado", sin haber visto que antes que en la puerta de la casa de su madre se encontraban los tres familiares implicados en el suceso, que ha calificado de "desgracia" de la que "lo que más siente" es la muerte de su sobrina, "compañera de juegos" de su hijo.

"En ningún momento tuve intención de atropellar", ha aseverado el procesado durante su declaración en el transcurso del juicio que se ha iniciado este lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén, en la que la Fiscalía ha reiterado que solicita una pena de 46 años de cárcel por un delito de asesinato consumado, dos en grado de tentativa y otro de amenazas graves, a los que la acusación particular añade uno más de lesiones.

El acusado ha explicado que el día en el que ocurrió el fatal suceso "se enfadó" al llegar a casa de su madre y ver que ésta había instalado un candado en la azotea, en la que años atrás su padre —ya entonces fallecido— tenía instalado un palomar al ser, como él mismo, "aficionado a la ornitología", lo que le impedía acceder a dicha habitación.

Según ha relatado en el juicio su hermana Carmen, madre de la niña fallecida, su hermano quería instalar en esa azotea un palomar porque había tenido "problemas" con los vecinos del bloque en el que vivía por los pájaros de los que cuida en su domicilio, algo que el encartado ha negado, razonando que dispone de "una propiedad de sus padres de 200 metros cuadrados" en la que puede disfrutar de esa afición.

No obstante, el procesado sí ha reconocido que al ver ese candado bajó "enfadado" a preguntarle a su madre "por qué había puesto allí un cerrojo", y a pedirle una llave para entrar en esa habitación. Ha señalado que se lo planteó "a voces", pero que es así como "siempre hablan" entre ellos.

Su cuñado Francisco —marido de su hermana Josefa—, presente en ese momento en la casa, trató de terciar en la discusión, algo que molestó al acusado, que ha reconocido que le pidió a éste que "no se entrometiera" en esa "conversación", si bien ha negado que tuviera "intención de pegarle". En cambio, ha indicado que cree que el marido de su hermana sí le agredió.

Estaba "muy nervioso"

De acuerdo a su testimonio, tras esta discusión —durante la que "movió los brazos" pero "no pegó patadas"—, se marchó a su casa con su hijo, se montó en su coche y regresó al domicilio de su madre —próximo a la suya—, "dio unos golpes en la puerta y pidió que le dejaran pasar". Según su hermana Carmen, cuando volvió, su hermano empuñaba una navaja y amenazaba a su cuñado con ella, "jurando por su padre que lo iba a matar", algo que ha ratificado, también la sesión del juicio celebrada este lunes, otra de sus hermanas, Josefa.

Tras este incidente, el acusado ha contado que se montó en su coche, "muy nervioso" porque acababa de descubrir que tenía "sangre" en el labio, algo que "no sabe" si se lo causó él mismo "mordiéndose el labio" o fue consecuencia de una supuesta agresión de su cuñado. A partir de ahí, "fue todo muy rápido", de forma que, cuando "quería aparcar" en la calle del domicilio de su madre, "de pronto se vio estampado" en la calle, y cuando se bajó del vehículo vio a su cuñado tumbado en el suelo, pero "no se dio cuenta" de que era él. Pensó que era una persona que, en todo caso, estaba muerta.

Tanto su hermana Josefa como su cuñado Francisco y su sobrina Lucía se encontraban en la puerta del domicilio de la madre del acusado, adonde habían salido una vez que éste se había marchado "con la navaja". El procesado ha afirmado que al ver a su cuñado tirado en la calle le entró "un miedo atroz", y se marchó a su casa.

"No sabía ni dónde estaba", ha insistido tras reconocer que "le gusta conducir rápido", aunque no ha precisado a qué velocidad circulaba en ese momento en una vía cuyo límite es 40 kilómetros por hora, según ha precisado la fiscal, y tras subrayar que en esa tarde "no había bebido", y que "normalmente no bebe". Además, ha aseverado que cuando se bajó del coche tras la colisión no vio que su sobrina Lucía estaba allí, porque "de haberla visto no se hubiera movido" del lugar.

"quería muchísimo" a su sobrina

En ese sentido, ha confesado que siente "remordimientos" por lo ocurrido, ya que, según ha subrayado, su sobrina fallecida era "compañera de juegos" de su hijo, de edad parecida, y a la que "quería muchísimo", según ha señalado la madre de la propia pequeña.

Por eso, Carmen ha recalcado que "en su vida" pensó que su hermano fuera "capaz de matar" a su hija, que, según ha lamentado, "ha muerto por una cerradura". También ha definido a su hermano como un hombre "inestable y caprichoso", que se llevaba bien con su familia "siempre que no se le llevara la contraria", y que "no sufre ningún trastorno", si bien el encartado ha afirmado que "una vez" estuvo ingresado en un centro de salud mental de Jaén en el que "quisieron ponerle un tratamiento", a lo que él "se negó".

Además, ha indicado que cuando su hermano regresó "con la navaja" se encontraba "fuera de sí", y que "sabía perfectamente" que su hija estaba en ese momento en la casa de su madre. Igualmente, ha aclarado que "no era la primera vez" que veía al acusado portando una navaja, porque "siempre ha sido muy violento". Como consecuencia de lo sucedido, la madre de Lucía está "en tratamiento psicológico" y "ha perdido 30 kilos".

Por su parte, otra hermana del acusado, Josefa, ha relatado en el juicio que desde que el procesado salió de la casa tras "amenazar" a su marido, y se produjo el atropelló transcurrió "un cuarto de hora", al tiempo que ha señalado que "no sabe lo que ocurrió" en el momento del impacto. Sólo recuerda que había salido detrás de su marido y con su sobrina Lucía —a la que su hermana Carmen se la dejaba cuando ésta se iba a trabajar a la recogida de la aceituna— a la puerta del domicilio, y "sin darle tiempo de reaccionar", sintió "una explosión", en alusión al impacto por el que falleció la pequeña.

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