León, un territorio diverso, intenso y además sabroso

  • La capital: la Catedral, el Palacio de los Guzmanes, las murallas romanas...
  • En Picos de Europa, urogallos, quebrantahuesos, osos pardo, rebecos, etc.
  • Las Médulas, minas de oro romanas, las ocupan hoy la vegetación autóctona.
  • El Bierzo es un auténtico edén natural con valles surcados por ríos y arroyos.
Elegida por Corral como la imprescindible para visitar en caso de tener que elegir.
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León presume, y hace bien, de una variedad de paisajes sin igual. Desde el encanto de la ciudad, hasta los valles del oeste o los campos del sureste. León es diversa, intensa y, todo hay que decirlo, sabrosa.

Empezamos en León, la capital. La Catedral, el Palacio de los Guzmanes, las murallas romanas y medievales o las rutas por el casco antiguo atraen cada vez a más turistas que no quieren perderse los encantos que esconde en sus calles esta ciudad. Pero más allá de la urbe, León se rodea de verde.

Como el impresionante paisaje de los Picos de Europa, uno de los primeros espacios naturales protegidos del país. La riqueza de la flora y fauna la avalan la presencia de especies protegidas como el urogallo, el quebrantahuesos, el oso pardo y el rebeco, el animal más representativo del parque.

Al oeste de la provincia están las míticas Médulas. Formadas hace 30 millones de años, estas minas de oro a cielo abierto fueron explotadas en su día por los romanos. Se abandonaron en el siglo III, y hoy la vegetación autóctona ha vuelto a adueñarse de este espacio único y singular.

León es también una tierra salpicada de castillos, la mayoría situados en el sur de la capital. Murallas, matacanes, cubos y torres del homenaje sobresalen entre postales de páramos, ríos y campos. Son los casos de Valencia de Don Juan, Alija del Infantado o Grajal de Campos.

El Bierzo es un auténtico edén natural con valles surcados por ríos y arroyos. El contacto con la naturaleza es absoluto. Comprende también la recóndita zona de Los Ancares leoneses, tal vez la mayor reserva medioambiental de Castilla y León, además del abrupto Valle del Silencio.

La buena gastronomía, la elaborada, pero también la otra, la sencilla y popular, tienen parada en El Bierzo. Presenta una diversidad y abundancia gastronómica enormes. La empanada berciana, el Botillo, el chorizo ahumado o la morcilla de cebolla son sólo algunos de los platos más representativos de la zona.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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