Jamón de Guijuelo: pueblos con mucho sabor en Salamanca

  • En la Plaza Mayor, centro neurálgico de Guijuelo, hay tiendas, secaderos y restaurantes que rinden culto al jamón.
  • En Candelario, el agua fluye por las acequias al descender desde lo más alto.
  • Miranda del Castañar, en la Sierra de Francia, es villa medieval y remanso natural.
Vista general de Candelario, entre las sierras de Béjar y Gredos.
Vista general de Candelario, entre las sierras de Béjar y Gredos.
WIKIPEDIA/seiho
Vista general de Candelario, entre las sierras de Béjar y Gredos.

Del cerdo hasta los andares versa el refrán que también define la gastronomía de Guijuelo y toda la zona del sur de la provincia de Salamanca. Guijuelo es el actual reino del jamón al que da nombre. Aquí el aire es intensamente fresco y seco, ocupado por ese aroma de jamón curado.

A 1.010 metros sobre el nivel del mar, en torno a la Plaza Mayor, centro neurálgico de la localidad, hay tiendas, secaderos y restaurantes que rinden culto al jamón. Cada fin de semana de febrero, Guijuelo celebra su matanza. El Lunes de Aguas, después de Semana Santa, la estrella es el hornazo, empanada elaborada con productos porcinos.

Desde Guijuelo salimos hacia la Sierra de Francia, bautizada así por la repoblación con franceses y leoneses que el rey Alfonso VI de León ordenó en el siglo XI. Al detenernos en el camino se observan en el cielo innumerables especies de aves: el acentor alpino, la choba piquirroja, acentones, carboneros, pinzones, reyezuelos, verderones e incluso gansos y grullas.

Llegamos a la villa de Candelario, Conjunto Histórico-Artístico, con su aire fresco, seco e inmaculado. Enfrente se abren las sierras de Béjar y Gredos. Por algo la tierra de Candelario es espacio natural y zona de especial protección para las aves.

Caminando por Candelario se escucha el fluir constante del agua que desciende desde lo más alto a través de acequias. Durante cientos de años cada planta se usó en una fase de secado de las viandas y las acequias sirvieron para lavar los cerdos en tiempo de matanza.

En el centro de la plaza Solano se levanta el Palo Cucaña, que cada mes de agosto se corona con un jamón. Más arriba, a 1.126 metros sobre el nivel del mar, las sendas atraviesan la Sierra de Candelario entre robles, castaños, abedules, fresnos, acebos y servales de cazador. Cerca queda la estación de esquí de La Covatilla. Lejos se dibuja la Sierra de Francia con Miranda del Castañar.

Esta villa medieval, también Conjunto Histórico-Artístico, se abre tras la muralla, entre los ríos de San Benito y Francia. Lo mejor es caminar. Así llegamos a la plaza del Coso, que data del siglo XVI. Nació como plaza de armas del castillo y es hoy la más antigua de  España. En septiembre la villa celebra la primera corrida de toros de la temporada, al igual que ha hecho durante cientos de años. Junto a la plaza, la elegante torre del Homenaje del siglo XV.

Más allá, el pico más alto y el lugar más hermoso de toda la Sierra, la Peña de Francia, con 1.723 metros de altitud. En lo alto está el Santuario de Ntra. Sra. de la Peña de Francia. Desde allí se contemplan la llanura castellana, las montañas de las Hurdes y la sierra portuguesa de la Estrella.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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