Lleida

Adolescentes y personas sin hijos gestionan peor la ira

Ira. Enfado. Pelea. Puño
SANJA GJENERO / WWW.SXC.HU

Los adolescentes y las personas que no tienen hijos gestionan peor la ira, según un estudio realizado por la Universitat de Lleida (UdL) basado en 700 entrevistas personales y que se publica en la publicación 'Revista de Psicología Social'.

El trabajo apunta que son especialmente los adolescentes los que tienen más tendencia al rencor, ya que el 33,8% tardan más de un día en controlar su enfado, mientras que el 74,4% de los padres tardan menos de una hora en controlar su ira, un porcentaje que baja hasta el 59,8% en el caso de los adultos sin hijos.

La razón principal de esta diferencia radica en que los padres sobre todo relacionan el hecho de enfadarse con sus hijos, lo que le permite regular más rápido esta emoción negativa; mientras que los adolescentes y los adultos sin hijos tardan "mucho más tiempo" en hacerlo, ya que relacionan este sentimiento con un abanico más amplio de situaciones.

Los investigadores Xavier Oriol-Granado, Gemma Filella y Núria Calucho, autores del trabajo 'La influencia de las relaciones interpersonales en la evaluación cognitiva y regulación de la ira en diferentes grupos de edad', precisan así que "las relaciones interpersonales y la edad determinan la manera de enfadarse".

Los padres, siguiendo con la premisa principal, relacionan su principal causa de ira cuando los hijos no obedecen o se comportan de una manera diferente a la esperada, seguida de los conflictos en el trabajo, mientras que los adolescentes son el grupo que más se enfada cuando las cosas no salen como quieren o cuando los demás no les tratan como piensan que se merecen, y los adultos sin hijos reaccionan más a problemas con los padres, la pareja o el trabajo.

Los padres, de este modo, son más conscientes de la necesidad de regular estas emociones, lo que implica un mayor uso de estrategias de reevaluación cognitiva, para buscar soluciones dialogadas, lo que se traduce en vitalidad, optimismos y crecimiento peronal, concluye el trabajo.