Girona

El subinspector de los Mossos que ordenó la carga en la UdG defiende su inocencia

Juicio a un subinspector de Mossos por la carga en la UdG
EUROPA PRESS

El subinspector de los Mossos d'Esquadra que ordenó la carga policial en el claustro de la Universidad de Girona (UdG) durante la celebración del 20 aniversario ha defendido su inocencia y ha explicado que decidió "ganar el claustro" por motivos de seguridad, tanto de los agentes como de los manifestantes.

Durante su declaración en el juicio de faltas en los juzgados de Girona, el subinspector ha detallado que ese día era el responsable de la Brigada Móvil (Brimo) de la policía catalana y que, cuando los manifestantes accedieron al claustro de la facultad de Letras de la UdG e intentaron interrumpir el acto institucional al cual asistió el presidente de la Generalitat, Artur Mas, forzando una puerta del mismo claustro, recibió la orden de "liberar la puerta", donde había agentes de paisano que estaban siendo agredidos.

Cuando la Brimo entró en el claustro, un grupo de manifestantes empezó a lanzar piedras y otros objetos a los policías: "Las piedras iban contra los agentes pero también contra el resto de manifestantes y creí que teníamos que ganar el patio para evitar que lanzaran más piedras", ha explicado.

"Tenía que poner freno al lanzamiento de las piedras e impedir que se produjeran heridos, tanto por la seguridad de los agentes como de los manifestantes. Y en ese momento, ante la desobediencia, es correcto el uso del escudo y la defensa", ha añadido el subinspector.

El agente ha asegurado que la situación era hostil y no cree que los demás agentes se extralimitaran en sus obligaciones, por lo que se ha reafirmado en las órdenes que dio ese 16 de diciembre de 2011.

Situación de pánico

Por su parte, los denunciantes —tanto estudiantes como trabajadores de la UdG— han explicado lo que vivieron ese día, y han afirmado que recibieron golpes de porra por parte de los agentes de una forma totalmente indiscriminada y desproporcionada, principalmente en las piernas, y que realmente se encontraron ante una "situación de pánico".

El juicio de faltas ha quedado visto para sentencia y, según la petición de la acusación particular, ejercida por el letrado Benet Salellas, el subinspector se enfrenta a pagar 19.800 euros de multa por once faltas de lesiones más 2.560 euros de indemnización.

El fiscal y la defensa han pedido una sentencia absolutoria para el agente, ya que "las agresiones no pueden serle atribuidas".