Mesa y mantel en Formigal

La estación de esquí de Formigal es una de las mejor valoradas por los amantes de este deporte de invierno de la provincia de Huesca, pero no es la única, porque Huesca puede presumir de otras estaciones como Aramón Panticosa, Astún, Candanchú o Cerler.

Para aquellos que además de disfrutar del esquí les gusta hacer una parada para saborear auténtica gastronomía pueden acudir al restaurante Asador Borrullán ubicado en Formigal y que sólo abre en temporada de invierno, –desde mediados de noviembre hasta el cierre de las pistas de esquí– y en temporada de verano. En un entorno montañés y muy hogareño se pueden saborear carnes a la brasa, pescado fresco y un menú diario muy variado.

Las recetas de siempre de la gastronomía del Pirineo Aragonés se fusionan con las tradiciones de la cocina de Suiza en el restaurante La Borda, en Formigal. Un espacio creado para relajarse después de una jornada de practicando esquí. Frankfurt Aragón es una buena opción para tomar un bocadillo, o unas tapas a la hora de comer, está ubicado a pie de pista y resulta ideal para ir con niños.

También en la urbanización Formigal se encuentra el restaurante Norheim, un novedoso restaurante, con una estética nada habitual en los establecimientos de montaña. De su carta destacan quiche, crêpes, carpaccios, steak-tartar, fondues o ensaladas, aunque también hay sitio para solomillos y  entrecote. Junto a la sala del restaurante se ha diseñado un chill-out room para relajarse a ritmo de música electrónica ambiental.

A pocos kilómetros de Formigal, en Jaca se encuentra La cocina Aragonesa (otra de las recomendaciones de la Guía Repsol 2010). Ofrece buenos productos y buen ambiente en un local de nombre aragonés y cocina de tendencias vascas. Entre las sugerencias de la carta destaca la cuajada de Idiazábal con vieiras salteadas, lomo de ciervo asado con puré de menta, crema montada a la vainilla caramelizada.

La decoración de la sala, fiel al estilo tradicional aragonés, conserva el techo de viga de madera, el suelo de barro cocido y piedra, y se complementa con jarros, tinajas y mobiliario popular como las tres cadieras que presiden el comedor principal.

Casa Frauca (recomendado por la Guía Repsol 2010) es una opción para ir a cenar después de una jornada de esquí si nos apetece hacer una pequeña excursión. Situado en Sarvisé, a unos 40 kilómetros de Formigal, el Hotel Rural Casa Frauca es un ejemplo de negocio familiar que se ha convertido en una referencia en el valle de Tena.

El gusto por los alimentos sencillos es la seña de identidad del restaurante El privilegio, en Tramacastilla de Tena, ubicado en el hotel del mismo nombre cuyas habitaciones poseen unas excelentes vistas al Pirineo Aragonés y al embalse de Búbal.

Después de la jornada de esquí podemos ir a Jaca a cenar en el restaurante Lilium, que ofrece cocina tradicional aragonesa, destacando entre sus especialidades las migas, el cordero a la brasa y las setas además cuenta con una amplia carta de vinos con numerosas referencias. O bien a ir hasta Sandinés, a sólo 11 kilómetros de Formigal, donde se encuentra el hotelito rural Casa Palentós en cuyo restaurante se puede degustar auténtica cocina de montaña como migas, ajoarriero, ternasco al horno, ensaladas de setas o pescados al horno… por citar algunos ejemplos.

Desde 1956, Casbas es un referente gastronómico en el Valle de Tena, entre sus especialidades destaca arroz cremoso con alcachofas asadas y queso curado, cochinillo confitado o ajoarriero de bacalao. Además de la carta, Casbas cuenta con el valor añadido de estar situado en un entorno privilegiado, en pleno valle de Tena y muy cerca del Parque Nacional de Ordesa.