Sevilla

El hedor de la basura apesta a los vecinos del mercado de Villegas

CRISTINA ORTEGA
NOTICIA 10.11.2006 - 03:08h
En 2000, Lipasam dejó de recogerla por la tarde. Desde entonces, los desperdicios esperan tirados en la calle hasta la madrugada.
Los desperdicios del mercado se amontonan cada día junto a las viviendas (Aníbal González).
Comen, cenan y duermen con hedor a pescado, carne, verduras... Los vecinos de varios bloques de la barriada de Marieta (actual calle Orfebre Domínguez Vázquez) llevan años soportando día y noche los malos olores de los residuos del mercado de Villegas.En 2000, Lipasam suprimió en esta plaza el servicio especial de recogida de los mercados, que se realizaba sobre las 17 horas. Desde entonces, la basura permanece en los contenedores y en la calle hasta la madrugada. «Es como tener un vertedero junto a nuestro dormitorio. Y ya en verano la situación es insoportable», denuncia Isabel Chamorro, una vecina. Llevan años recogiendo firmas, acudiendo al distrito, quejándose a Lipasam para recuperar el horario antiguo, pero sin lograr resultado alguno.

Según consta en la web de Lipasam, «durante la tarde, de 14.30 a 21.30 horas, se lleva a cabo la recogida de los residuos orgánicos tanto en las zonas industriales como en los mercados», algo que no se cumple en este caso. La Oficina del Defensor del Ciudadano ha pedido a la empresa municipal que explique las causas por las que no acepta la petición de los vecinos.

Demasiada basura

Lipasam achaca el cambio a que el mercado de Villegas genera gran cantidad de residuos.

Por esta razón cambiaron los contenedores (de mayor capacidad y con carga lateral), pero, por contra, estos cubos no pueden recogerse con el sistema especial de las tardes. Además, apunta a las mejores condiciones de tráfico del horario nocturno.

A los vecinos no les convence. Hay 8 pescaderías, 7 carnicerías, 4 fruterías. Contraponen al argumento de Lipasam sobre la gran cantidad de residuos, la idea de que también es mucha basura para estar diez horas en la calle produciendo olores. La Oficina del Defensor, a la que tampoco convence el argumento, pedirá soluciones.

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