De mar y montaña: una ruta básica por el País Vasco

  • Desde Bilbao al mar: Bermeo y los enclaves surferos de Bakio o Mundaka.
  • El Duranguesado tiene un paisaje de iglesias y pueblos con herencia monumental.
  • Zumaia, Pasajes u Hondarribia, pueblos litorales de gran belleza.
  • El Valle de Ayala es zona de torres, casas solariegas y santuarios de montaña.
La playa de Laida, en Mundaka.
La playa de Laida, en Mundaka.
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La playa de Laida, en Mundaka.

Las tres provincias vascas forman un puzle norteño de mar, montaña, ruralidad y modernidad. El País Vasco tiene muchos lugares por descubrir para el visitante. Desde el mar a la montaña los paisajes verdes y ondulados se suceden en un entorno donde la ruralidad y modernidad están en completo equilibro. Esta es una ruta básica por una tierra llena de secretos por descubrir.

Desde Bilbao a la costa

Vibrante amalgama de tradición y modernidad, Bilbao es el mayor núcleo poblacional del País Vasco. Una década hace ya desde que una nueva Bilbao fuera articulada en torno al Guggenheim, el espectacular edificio de titanio que atrae desde la orilla del Nervión un millón de visitas anuales. Un paseo por sus alrededores merece la pena, disfrutando de las esculturas dispuestas al aire libre a lo largo de la Ría.

Así se llega hasta el Casco Viejo, para descubrir el Bilbao de siempre. El placer de los “pintxos” y el “poteo” se mezclan con foros como el parque del Arenal, la porticada Plazaa Nueva o el mercado de La Ribera. Entre sus edificios emblemáticos están la barroca iglesia de San Nicolás, el Teatro Arriaga o la gótica Catedral de Santiago.

Los tentáculos de la Bilbao metropolitana se extienden hacia el mar por ambas márgenes de la Ría. La izquierda se caracteriza por los restos de paisajes industriales, donde destaca el Puente Colgante de Portugalete, recientemente nombrado Patrimonio de la Humanidad. En la cara opuesta están los pueblos de la Margen Derecha, con sus playas y palacios señoriales.

Siguiendo la costa hacia Guipúzcoa aparecen pueblos de interés como la localidad pesquera de Bermeo, los enclaves surferos de Bakio o Mundaka y el mágico peñón con la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Adentrándose por la ría de Gernika, se atraviesa la reserva de la biosfera de Urdaibai hasta zonas como las cuevas de Santimamiñe o el colorista Bosque de Oma. Visita obligada es Gernika, símbolo del pueblo vasco, tanto por el bombardeo como por el mítico árbol de la Casa de Juntas.

La Vizcaya interior

Hacia el interior occidental se descubren pueblos de impronta medieval como Sodupe, Zalla o Balmaseda, con sus calzadas y puente romano. Por su parte los valles del Arratia y Nervión llevan a los límites con Álava y las tierras dominadas por el Gorbea mostrando inabarcables espacios montañosos salpicados de caseríos. En la zona este de este interior, la comarca del Duranguesado disfruta de un paisaje montañés plagado de iglesias y ermitas y pueblos con herencia monumental como Durango y Elorrio, con sus casas blasonadas.

San Sebastián

“La Bella Easo” hace honor a este sobrenombre siendo la capital vasca más hermosa, en plena costa. La alta concentración de bares y restaurantes de su Parte Vieja la hace toda una leyenda de los “pintxos”. La plaza de la Constitución, antiguamente usada como coso taurino, está rodeada de soportales y presidida por el primitivo Ayuntamiento de San Sebastián. Habrá que visitar la gótica iglesia de San Vicente y el museo de San Telmo antes de adentrarse en la basílica de Santa María. En la zona del muelle es de admirar el ambiente pesquero, así como el Museo Naval y el espectacular Aquarium.

La nueva Donostia se presenta con los dos cubos del Kursaal. Cruzando el río está el teatro Victoria Eugenia, uno de los más populares edificios junto al hotel María Cristina. El recorrido puede continuar hasta la plaza de Gipuzkoa, con sus jardines y un estanque con cisnes cercano al edificio de la Diputación.

Después habrá que aproximarse al emblemático paseo de La Concha y continuar hasta el palacio de Miramar, de estilo inglés. La siguiente playa es la de Ondarreta, cuyo paseo culmina en El Peine de Los Vientos, espectacular conjunto escultórico de Chillida, cuyo museo de Hernani también habrá que visitar.

Pueblos pesqueros y surf

Por la costa guipuzcoana podemos encontrar enclaves de hermosas playas cobijadas por montañas. Así es Zarauz, el pueblo surfero por excelencia o Getaria, de ambiente más marinero y cuna del txakoli. Siguiendo la costa hacia Vizcaya se encuentran Zumaia, Pasajes u Hondarribia, pueblos litorales de gran belleza, este último con un hermoso casco histórico amurallado.

Guipúzcoa interior

Menos típica pero igual de valiosa es la estampa de los pueblos guipuzcoanos de interior. Es el caso de villas históricas sumidas en valles como Tolosa u Ordizia, con abundante impronta monumental. La zona del valle del Urola sumerge al visitante en un entorno medieval en el que destacan el casco antiguo de Cestona, Azpeitia y el Santuario de San Ignacio de Loyola. No hay que olvidar la señorial villa de Bergara en el valle del Deba.

Vitoria, la capital

Capital de la comunidad y única del interior, Vitoria cuenta con espléndidos museos como el de Bellas Artes, el de Arte Sacro con su cripta y vidrieras, así como el moderno Artium. También hay otros lugares de esparcimiento como el romántico parque de La Florida. No hay que olvidarse del palacio de Ajuria-Enea, sede de la presidencia del Gobierno Vasco y residencia del Lehendakari.

Conserva un casco medieval presidido por la catedral de Santa María. Sus calles forman una red en forma de almendra que parte de la Plaza de la Virgen Blanca. Habrá que prestar atención a señoriales palacios como el de Villasuso, el de Montehermoso o el de Bendaña, que alberga el Museo Fournier de Naipes. Sobre una muralla se encuentra la Catedral de Santa María a cuya espalda se puede ver El Portalón, edificio medieval enladrillado.

El casco urbano de la capital alavesa está rodeado por un anillo de parques naturales, santuarios románicos y torres que conforman un bonito recorrido en el que destaca la basílica de Estíbaliz, templo dedicado a la patrona de Álava.

Alava fronteriza

En las tierras lindantes con Vizcaya se encuentra el Valle de Ayala, zona de torres fortificadas, casas solariegas y santuarios de montaña. En Kexaa-Quejana se encuentra el conjunto medieval de los Ayala, que consta del palacio, el convento de las Dominicas y la torre de la Virgen del Cabello. Al noreste, los embalses de Urrunaga y Ullibarri, ofrecen bellos paisajes en torno al parque de Urkiola. Otros parques naturales son el de Valderejo, con las terrazas blancas de Salinas de Añana o el desfiladero del río Purón, y el de Izki, en cuyos alrededores se descubren las cuevas de Faido, que cobijan la ermita cristiana más antigua del País Vasco.

Patria del vino

La zona de Rioja Alavesa está llena de historia medieval y aroma de viñedos, con  multitud de pueblos amurallados, bellas iglesias, palacios y sobre todo bodegas. Laguardia-Biasteri es la monumental capital del vino, que conserva sus murallas y un poblado prehistórico en sus afueras. En Elvillar se puede visitar el dolmen de la Chabola de la Hechicera. En la comarca de Salvatierra-Agurain aguarda una ruta de pinturas murales, además de los dólmenes de Sorginetxe y Aizkomendi.

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