Por el Madrid de los Austrias, la capital más monumental

  • La Plaza Mayor fue construida en el siglo XVII por orden de Felipe III.
  • En la Plaza de la Villa hay una mezcla de estilos gótico, plateresco y barroco.
  • La Capilla del Obispo, en la Plaza de la Paja, es la única del gótico madrileño.
Varias personas en una terraza en la Plaza Mayor de Madrid.
Varias personas en una terraza en la Plaza Mayor de Madrid.
JORGE PARÍS
Varias personas en una terraza en la Plaza Mayor de Madrid.

Madrid alcanzó su mayor prosperidad monumental durante el reinado de los Habsburgo. Estos edificios renacentistas y barrocos forman hoy un recorrido histórico que se conoce como el Madrid de los Austrias. Como capital del reino de Habsburgo, la ciudad conserva el legado de este periodo en el centro histórico conocido como Madrid de los Austrias.

La ruta por este Madrid de los Austrias es un viaje por los edificios de la época en que la dinastía de los Habsburgo reinó en España. Este próspero reinado comenzó con Carlos I, que engalanó la Villa con palacios y monumentos y alcanzó su mayor esplendor cuando Felipe II la convirtió en 1561 en la capital del reino, en lugar de Valladolid.

No hay mejor punto para comenzar el recorrido que la Puerta del Sol, símbolo madrileño por excelencia y kilómetro 0 de las carreteras españolas. Desde aquí hay que dirigirse por la Calle Mayor hasta la plaza del mismo nombre. Esta plaza de forma regular con soportales fue construida en el siglo XVII por orden de Felipe III.

La gran Plaza Mayor

Desde entonces ha sido testigo de mucha historia madrileña, desde corridas de toros hasta autos de fe en época inquisitoria, procesiones, fiestas e incluso ejecuciones. En la actualidad los domingos por la mañana tiene lugar bajo su pórticos un mercado de sello y moneda. Los cambios en su arquitectura han sido asimismo numerosos desde su primera construcción, quedando hoy día como un recinto cerrado, porticado y con viviendas de hasta cinco plantas.

En este amplio entorno rectangular los edificios más relevantes son la Casa de la Panadería, adornada por frescos, y la Casa de la Carnicería, que se encuentran frente a frente. La figura ecuestre del monarca en bronce que fue levantada por Juan de Bolonia reina en el centro. Otro punto popular es el Arco de Cuchilleros, esquina con la calle de dicho nombre, donde se estableció el gremio de artesanos cuchilleros, también famosa por sus tradicionales mesones.

Por otra de sus esquinas se sale a la siguiente plaza, la de la Provincia, que alberga el Palacio de Santa Cruz, del siglo XVII, actualmente Ministerio de Asuntos Exteriores. Regresando de nuevo por la Plaza Mayor, tomando la salida del rincón contrario a través de la calle Ciudad Rodrigo, se llega a la plaza de San Miguel donde destaca su mercado.

La Plaza de la Villa

El itinerario se reincorpora a la Calle Mayor hasta la Plaza de la Villa, en la que hay una mezcla de estilos gótico, plateresco y barroco. En esta zona se encuentra la Casa de la Villa, antigua casa consistorial y cárcel. Frente a este núcleo del poder local madrileño se sitúa la Iglesia de San Salvador, donde fue enterrado Calderón de la Barca. También sobresalen aquí la medieval Casa Cisneros y la Torre de Lujanes, ésta última parte de los restos de un palacio.

Cercana está la Plaza del Conde de Miranda, donde hay que hacer una visita al Convento de las Carboneras, del siglo XVII, a la vez que se aprecia la estructura medieval que conservan las calles de su alrededor. Otro edificio religioso digno de ser apreciado es la barroca Basílica de San Miguel del siglo XVIII en la calle San Justo.

Iglesias, callejuelas y conventos

Atravesando la calle Segovia está la de El Nuncio en donde la Iglesia de San Pedro el Viejo llama la atención con su factura del siglo XV. Habrá que adentrarse hasta la plaza de la Paja para observar la Capilla del Obispo, que es la única del gótico madrileño. Barroca es en cambio la de San Isidro que se halla en la plaza de los Carros.

Habrá que continuar desplazándose a la contigua plaza del Humilladero, desde la cual hay que circular por la comercial calle de la Cava Baja, que también conserva un trazado medieval. Merece la pena transitar por estas callejuelas para culminar el recorrido en la Catedral de San Isidro.

Algo más alejada del trazado está la Plaza de la Encarnación, al norte del Palacio Real. Esta alberga el Convento de la Encarnación, uno de los monumentos más significativos del Madrid de los Austrias. En la plaza destacan sus viviendas de aire francés y el monumento a Lope de Vega. La fundación del monasterio se debe a doña Margarita de Austria y fue levantado para celebrar ceremonias religiosas con participación de la Corona. El diseño del monasterio es simple y rectangular, con factura barroca.

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