Patrimonio de lujo: España cuenta con 13 Ciudades Patrimonio de la Humanidad

La riqueza paisajística y monumental de España hace que sea el país con más lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. La amplia variedad cultural y la riqueza de sus paisajes, hace que España sea el país del mundo con más lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. Trece ciudades españolas gozan de este reconocimiento.

Dada la historia de España, y la variedad cultural y etnográfica que por sus territorios ha pasado, no es de extrañar que se hayan ido configurando auténticos conjuntos monumentales, obras que, como el propio arte, deberían estar al alcance de cualquiera.

Así lo estima la UNESCO, organismo que reconoce como Patrimonio de la Humanidad a nada menos que 13 ciudades españolas. Estar en este selecto club es todo un privilegio, pero también conlleva el deber de garantizar la protección y conservación de la ciudad, para el disfrute de generaciones futuras.

En Segovia no cabe duda de que ha sido la ciudad vieja vigilada por el magnífico acueducto romano lo que le ha valido la consideración. Tal prodigio de ingeniería clásica, mantenido en pie por un estudiado equilibrio de fuerzas, se ve reforzado con multitud de iglesias medievales, su Catedral y el altanero Alcázar, de estilo gótico. También se valora de Segovia un emplazamiento de postal, en terreno elevado entre los cauces del Eresma y el Clamores.

La conservación de una imagen típica de villa medieval es rasgo destacable de Ávila. Su ciudad vieja se halla rodeada por la muralla mejor conservada de Europa, con casi dos kilómetros y medio de perímetro, 88 torres, 6 puertas y 3 portillos. Su catedral casi parece una fortaleza, incluso incrusta su ábside en la propia muralla. Dentro del conjunto de Ávila destacan también la románica Basílica de San Vicente, el gótico Monasterio de Santo Tomás, sus iglesias a menudo dedicadas a la figura de Santa Teresa de Jesús y los palacios renacentistas.

Salamanca tiene en su Universidad el centro neurálgico de una actividad cultural y artística que no ha cesado desde el día de su fundación en 1218. A nivel monumental, el mayor interés lo acapara su fachada plateresca y el arte de sus Escuelas Menores. El otro corazón de Salamanca es la grandiosa Plaza Mayor, un barroco lugar de encuentro desde el que se accede a edificios de interés como el Ayuntamiento o la Clerecía, con un claustro que es una de las mayores joyas del barroco español.

Final de la peregrinación jacobea, Santiago de Compostela aúna la herencia medieval cristiana con muestras del barroco. Brilla con luz propia la Catedral, una de las maravillas del románico. El paso del tiempo y las ampliaciones la han vestido con elementos del gótico, plateresco o neoclásico, aunque lo más destacado es el barroco en su fachada y el Altar Mayor, bajo el cual está la cripta del Apóstol Santiago.

En la entrada principal, el Pórtico de la Gloria recibe al peregrino con referencias apocalípticas. Otros monumentos del casco antiguo de Santiago con el denominador común de la fe son el monasterio de San Martín Binario o el Convento de Santo Domingo de Bonaval.

Entre las hoces de los ríos Huécar y Júcar se alza Cuenca, que debe su fama a las Casas Colgadas, curiosas viviendas que parecen suspendidas en el aire sobre farallones rocosos que se integran en un entorno natural, aportándole personalidad. También destaca de Cuenca que es una ciudad histórica fortificada, una imposible amalgama de estilos y épocas.

Por su pasado como crisol cultural de culturas judía, musulmana y cristiana se distingue Toledo, pero también por su emplazamiento sobre el río Tajo, delimitado por los montes. El casco antiguo amurallado de Toledo es un museo al aire libre regado de iglesias, palacios, fortalezas, mezquitas y sinagogas. Grandes obras destacadas como su Catedral con ascendencia francesa, el Monasterio de San Juan de los Reyes o el Alcázar terminan por configurar un conjunto monumental de los más ricos del país.

También de museo exterior podría calificarse Cáceres, con una ciudad vieja repleta de fortalezas, palacios renacentistas, plazas y casas-fortaleza de aire medieval, monumentos en definitiva que cuentan su historia desde la época romana. Entre los edificios más reconocidos de Cáceres están la Iglesia Concatedral de Santa María la Mayor, la Iglesia de la Compañía de Jesús o la Plaza Mayor. Además el casco antiguo está delimitado por murallas de origen árabe.

En Córdoba, su pasado como uno de los enclaves musulmanes más florecientes de la península dejó una fascinante huella. La lista de monumentos es extensa, desde el Alcázar de los Reyes Cristianos a la Sinagoga, pasando por la Judería.

Pero si hay algo que destacar de Córdoba, es la enorme Mezquita, el templo islámico más importante de Occidente. Un bello laberinto de columnas y arcos bicolores es la imagen que ofrece el edificio, que contrasta con la catedral que se construyó en el interior tras la conquista cristiana, mezcla de elementos góticos, renacentistas y barrocos.

Tampoco hay que olvidar recientes añadiduras a la lista como Alcalá de Henares, lugar de nacimiento de Miguel de Cervantes. Este conjunto lo forman la Universidad y el recinto histórico, con muestras del arte plateresco, barroco y renacentista.

Por último, en los archipiélagos también hay ciudades patrimonio como San Cristóbal de La Laguna, con sus pintorescos aires coloniales o los restos de las civilizaciones fenicia y cartaginesa de Ibiza en el antiguo poblado Sa Caleta y de la necrópolis de Es Puig des Molins; además se han incorporado las localidades de Mérida y Tarragona.