Sevilla

(Resumen) Los acusados niegan que quisieran "comprar" el voto y arremeten contra los denunciantes

Los acusados por el supuesto intento de soborno a la exconcejal del Ayuntamiento de Camas (Sevilla) Carmen Lobo han negado este lunes que quisieran "comprar" el voto de ésta para que votara a favor de determinados puntos del pleno municipal y han arremetido contra los denunciantes, la propia Lobo y su expareja y exmilitante de IU Francisco Gordo, ya que consideran que intentaron "montar un lío para simular o hacer ver que unos concejales querían comprar" el voto de la exedil.

La Audiencia Provincial de Sevilla ha acogido este lunes las declaraciones del exalcalde de Camas Agustín Pavón (IU), el exconcejal del PA José del Castillo y del empresario Eusebio Gaviño, quien, tras pasar casi una semana en la cárcel, ha sido puesto en libertad provisional por el magistrado presidente del juicio con jurado popular, Javier González. El último de los acusados, el exedil del PP Antonio Enrique Fraile, declarará este martes.

En este sentido, Pavón ha explicado que, después de conocer que Lobo había sido condenada por estafa procesal y daños, "se le expulsó del equipo de gobierno y de IU", tras lo que "me puse en contacto con ella" para pedirle que renunciara a su acta de concejal "para que dedicara su tiempo a demostrar su inocencia", ya que la sentencia no era firme.

"Carmen Lobo aceptó la petición y renunció al acta de concejal, aunque dos días después me dijo que no renunciaba y que continuaba como concejal aunque fuera apartada de IU, y me dijo que lo hacía porque tenía miedo a Gordo", ha relatado Pavón, quien ha explicado que en el año 2005 el PSOE presentó una moción de censura junto con la propia Carmen Lobo y la concejal del PP Inmaculada Larrinaga.

Por ello, Lobo "no dejó de ser concejal, aunque quedó expulsada del equipo de gobierno y de IU, prácticamente a las órdenes del PSOE", ha señalado el exalcalde, quien ha relatado que, después de todo esto, Fraile "me llamó y me dijo" que Gaviño "le había trasladado" que Francisco Gordo —también expulsado de IU por "inducir" a Lobo a no entregar el acta de concejal— se había puesto en contacto con él "para decirle que Lobo tenía problemas internos en el PSOE, que lo estaba pasando muy mal, y que ya tenía la sentencia absolutoria".

"Como era una noticia de interés para el Ayuntamiento" y "mi obligación moral era intentar que volviera a su partido si era inocente", Pavón se citó con Fraile en un bar el 8 de agosto de 2005, en un encuentro al que también asistieron José del Castillo y el propio Gaviño. "Me dijeron que Gordo había estado allí para enseñarme la sentencia, pero que ya se había marchado", ha dicho el acusado, quien ha narrado que, posteriormente, el 18 de agosto de 2005, mantuvieron una segunda reunión en casa de Gaviño a fin de ver la sentencia.

"INCREDULIDAD"

"El motivo de la reunión era la sentencia", ha querido dejar claro Pavón, quien ha reiterado que en ese encuentro no se habló del intento de soborno a Lobo. "Bajo ningún concepto, no lo hubiera admitido, va en contra de mis principios", ha subrayado, sino que fue Gordo "quien llamó a Gaviño y le dijo que iba a entregarme la sentencia", aunque finalmente no lo hizo.

En ese encuentro, Gordo "empezó de buenas a primeras a decir 'he venido a ganar dinero, se trata de comprar el voto de Carmen Lobo'", ante lo que "nuestra reacción fue de incredulidad y absoluta impresión y desorientación", por lo que le "dijimos que no, que no se trataba de comprar nada", momento en el que Gordo "alzó la voz para que no se oyera nuestro no tajante".

Tras ello, el exmilitante de IU "tiró el anzuelo e insistió" una y otra vez en la misma idea, "momento en que se montó la bronca final con Gordo, que curiosamente no se recoge en la cinta porque hay un corte al final", por lo que ha señalado que "si se hubiera grabado el final, el caso Camas no habría existido, pues habría quedado meridianamente claro cuál fue nuestra actitud e intención".

"batalla campal"

Según Pavón, la reunión "terminó como una auténtica batalla campal, ya que al tercer o cuarto intento de provocación por parte de Gordo me levanté y le dije que era un sinvergüenza", momento en el que "hubo un pequeño intento de agresión" por parte del exmilitante de IU, por lo que Fraile y Del Castillo "me tuvieron que sacar de allí en volandas". "Se ha oído perfectamente en la grabación quien habla de obtener dinero y de comprar el voto, está claro que los políticos no", ha aseverado.

Ha añadido que, cuando abandonó la vivienda de Gaviño, "no le di ninguna credibilidad a lo sucedido, pues me pareció un teatro burdo, de tercera división, con el que se trataba de fabricar pruebas falsas contra mi persona", por lo que ha dicho que "jamás" ha querido "comprar" el voto de Lobo "ni de ningún otro concejal, en política no lo he hecho jamás".

El acusado ha dicho que "sospechaba" que la grabación se estaba grabando, ya que Lobo y Gordo "me odiaban" desde su expulsión de IU y "tenía la certeza de que me la tenían jurada". Así, ha opinado que "querían montar un lío para simular o hacer ver que unos concejales querían comprar el voto de una concejal", pero finalmente "no consiguieron que dijéramos 'sí, vamos a quedar y vamos a pagar'".

"fanfarronadas" de gaviño

De su lado, el empresario Eusebio Gaviño ha admitido que, durante una reunión mantenida el 12 de septiembre de 2005 en el polígono El Manchón, entregó a la que fuera concejal Carmen Lobo un sobre con 12.000 euros, pero ha negado en todo momento que ese dinero fuera para "comprar" el voto de la edil, sino que era parte de una "comisión" que iba a adelantar a Gordo por el negocio de una finca que llevaban de manera conjunta, porque éste último "tenía un problemón de dinero".

"Cuando llegué, me llevo la sorpresa de que Gordo no estaba allí", ha señalado el imputado, asegurando que durante el encuentro la exedil "me preguntó cuánto iba a ganar por cambiar su voto a la ligera". "Como Gordo me dijo que la ilusionara, le prometí 200, 300, 400 millones y la Giralda si hacía falta", aunque ha tachado todo ello de "fanfarronadas" suyas que "no se cree ni un niño de cuatro años", pues su "único" interés era sacar adelante su proyecto para construir un gimnasio en el municipio, el cual "iba a ser la maravilla de todo el Aljarafe

Tras señalar que este primer encuentro fue "una charlotada", el acusado ha querido dejar claro que "en ningún momento he estado en contacto con los políticos —en referencia a los otros tres acusados— para comprar el voto" de Carmen Lobo, sino que "estaba loco" por desarrollar el proyecto de gimnasio".

Al término de esa primera reunión, Gordo se puso en contacto con el acusado "y yo me cagué en sus muertos porque no había venido, pero me dijo que su mujer estaba mala con una depresión", tras lo que quedaron nuevamente esa misma noche en la taberna medieval. "Llegué allí, me senté con Carmen Lobo y no me encontré a Gordo", aunque la exconcejal le sacó el tema de los 12.000 euros y "me dijo que no les hiciera eso, que les hacía falta", por lo que "me suplicó" que les dejara ese dinero.

"un verdadero caos"

Por ello, "le entregué a Lobo 12.000 euros para Gordo, no para comprar ningún voto de ninguna concejal".

Por último, José del Castillo ha negado que tuviera conocimiento "de la posibilidad de ningún acuerdo" con Carmen Lobo, sino que asistió a las reuniones "para conocer la sentencia" que absolvía a la exconcejal, señalando que, al llegar a la cita mantenida en casa de Gaviño, "me encontré un verdadero caos; uno diciendo que quería dinero, y otro diciendo fantasías".

Tras asegurar que la grabación de esta reunión "no se ajusta a la realidad, pues está incompleta, hay cortes y falta el final", el imputado ha reiterado que cuando Gordo "hablaba de comprar el voto, decíamos que no, que no y que no".

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