El otoño, los colores del otoño, brillan con una luz inusitada en algunos paisajes de España. Es el caso de los bosques y montañas del Valle del Ambroz, una comarca enclavada al norte de la provincia de Cáceres (lindando con la de Salamanca) y al sur del Sistema Central.
El Valle del Ambroz, un lugar de contrastes, limita con las comarcas de Las Hurdes y Tierras de Granadilla al oeste, el Valle del Jerte al este, Plasencia al sur, así como la provincia de Salamanca al norte (Sierra de Béjar).
El otoño viste de gala este valle, y sus pueblos lo celebran. Es el Otoño Mágico del Valle del Ambroz, fiesta declarada de Interés Turístico Regional, que este año celebra su 15ª edición. Se desarrollará durante los fines de semana de los meses de octubre, noviembre y principios de diciembre.
Esta fiesta se celebra en un momento de explosión de colores otoñales y nació hace ya 15 años como un evento que mezcla ocio, cultura y naturaleza en ocho pueblos de la comarca de El Ambroz; en concreto La Garganta, Baños de Montemayor, Hervás, Aldeanueva del Camino, Abadía, Gargantilla, Segura de Toro y Casas del Monte.
Así, para esta edición se ha diseñado una programación en la que un conjunto de actividades (música, gastronomía, fotografía o micología, entre otras) hacen del otoño una estación muy especial para esta zona de la provincia cacereña.
La nota musical a esta programación la pondrá la actuación del cantautor Luis Pastor, la música más tradicional de Aulaga Folk o el grupo de flamenco Al-Yusana, el viernes 22 de noviembre, o los incombustibles Los Secretos, el día 24 noviembre.
Bosques entre montañas
El Valle del Ambroz se llena de montañas que superan los 2.000 metros y que tienen nombre propio como el Pinajarro, el Valdeamor o El Camocho. A su lado, zonas de vega y dehesa a solo 500 metros de altitud. Abunda el agua: gargantas y ríos como la Garganta Ancha, el río Santihervás o el río Ambroz, que da nombre al valle.
Esas montañas han marcado también su paisaje, grandes bosques de castaño y roble en las umbrías, acompañados de terrazas cuajadas de cerezos y ciruelos. Frondosas dehesas de encina y alcornoque en la zona baja del valle.
De cuando en cuando un monumento natural, un árbol singular, como los Castaños del Temblar, el Alcornoque de la Fresneda o el Abedular del Puerto de Honduras, verdaderas catedrales de la naturaleza.
Entre las montañas se abría el paso hacia el norte primero la Vía romana de La Plata, después las cañadas y cordeles, como las Cañadas Reales Soriana Occidental y la Vizana, más tarde la vía del tren, y hoy la Autovía de La Plata.
En su ir y venir, las culturas vetonas, celta, o judía fueron dejando su legado en el Valle de Ambroz. El Toro Celta de Segura de Toro o el Barrio Judío de Hervás son alguno de sus hitos principales.
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