Una ruta por el Alicante histórico: calles con sabor a mar

  • En sus tres mil años de historia han pasado romanos, íberos y musulmanes.
  • El Castillo de Santa Bárbara es el mejor balcón para una panorámica de la ciudad.
  • La calle Labradores es una de las más suntuosas, llena de palacetes del XVIII.
Vista de Alicante, con el Castillo de Santa Bárbara al fondo.
Vista de Alicante, con el Castillo de Santa Bárbara al fondo.
WIKIPEDIA/zarkos
Vista de Alicante, con el Castillo de Santa Bárbara al fondo.

Alicante ha sido patria chica de romanos, íberos y musulmanes e incluso de fenicios. Ellos fueron los que crearon uno de los principales patrimonios culturales de la región, la famosa Dama de Elche. Es una ciudad con más de tres mil años de historia, aunque muchos la conocen esencialmente por sus playas. El primer núcleo urbano data del siglo IV a. C. En el Tossal de Manises se hallaron unas sandalias que bien podrían ser el origen de una de las mayores industrias locales: la del calzado.

En lo alto de Alicante, a 166 metros y en el límite del monte Benacantil, encontramos el mejor balcón para disfrutar de la panorámica de la ciudad. El Castillo de Santa Bárbara es el punto estratégico para observar la bahía y los alrededores. Al lado, el antiguo Hospital Provincial acoge el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), distinguido como el mejor de Europa en el año 2004.

Desde allí podemos iniciar el descenso atravesando el Parque de la Ereta, uno de los muchos que tiene la ciudad y que demuestran el gusto alicantino por los jardines y las fuentes. No en vano, una de las vías más concurridas es la Explanada de España, un paseo marítimo plagado de palmeras esbeltas.

Barrios con solera

Dejamos atrás el Parque de la Ereta para entrar directamente en el Barrio de Santa Cruz, uno de los más populares de la ciudad. Merece la pena perderse entre sus calles estrechas de fachadas blancas y llegar hasta la ermita de San Roque, donde se guarda el venerado paso del Cristo Gitano. Cada Semana Santa, alimenta el fervor alicantino al descender por las empinadas sendas del barrio.

Si seguimos nuestro camino, llegaremos hasta el casco antiguo, conocido como «El Barrio». Allí se encuentran la sede del Ayuntamiento y también la calle Labradores, una de las más suntuosas de Alicante, llena de palacetes y casas del siglo XVIII. De entre todas, destaca el Palacio Maisonnave, sede del Archivo Municipal.

También en El Barrio encontramos el templo más antiguo de la ciudad: la Basílica de Santa María. Comenzó a construirse en el siglo XIV sobre una antigua mezquita para borrar el pasado musulmán. No abandonaremos el casco antiguo sin visitar uno de los edificios civiles con más historia de la ciudad: la Casa de la Asegurada, donde actualmente se expone una buena colección de arte del siglo XX.

Mirando al mar

Luego hay que pasear por la fachada marítima, una de las más populares de la Costa Blanca. Su puerto deportivo acoge además una de las principales ofertas de ocio de la ciudad.

Pero si hay algo que distingue esta ciudad de otras mediterráneas es que Alicante no sólo mira al mar, sino que tiene un barrio que es una isla. Tabarca es, pues, visita obligada. Está a once millas de la costa y allí reside poco menos de un centenar de personas, cifra que aumenta notablemente los fines de semana, cuando cientos de turistas se acercan para degustar los arroces que le dan fama.

Planes para todos los gustos

  • Si te gusta la historia y la cultura puedes acercarte hasta Guadalest y visitar su castillo.
  • Si buscas el contacto con la naturaleza, no te pierdas el Palmeral de Elche, Patrimonio Mundial de la Humanidad.
  • Si viajas con niños, en Benidorm se encuentra el parque Terra Natura, un zoológico con más de 1.500 animales.
  • Si prefieres el deporte, te sugerimos que practiques el submarinismo en las aguas de Altea.
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