Dos días para recorrer todos los rincones de Palma de Mallorca

  • La catedral de Palma, la Seu, es el símbolo más importante de Mallorca.
  • Para las compras, lo mejor es la Avenida de Jaume III y la calle de la Unió.
  • El castillo de Bellver, otro polo de atracción, contiene el Museo de la Ciudad.
Vista general de la ciudad desde el castillo de Bellver.
Vista general de la ciudad desde el castillo de Bellver.
WIKIPEDIA/ILA-boy
Vista general de la ciudad desde el castillo de Bellver.

La mayor de las islas Baleares es uno de esos lugares donde se reúnen algunas de las propuestas que todo viajero busca en un viaje de calidad: naturaleza, cultura, historia y grandes opciones de ocio y relax. Se trata de experiencias inagotables para el visitante.

La capital, Palma de Mallorca, con su famosa catedral en su skyline particular y su alegre vida cotidiana, bulle durante todo el año, pero en verano alcanza el máximo esplendor. En pocas horas, el viajero conocerá la fusión de su pasado romano y musulmán con el auténtico sabor mediterráneo que se siente en sus costumbres y en sus fogones.

Primera mañana

10.00 Todo nace en la plaza Mayor

La Plaza Mayor, en el centro del casco antiguo, es el punto de partida indispensable para cualquier itinerario que queramos iniciar por la ciudad. Sus terrazas y portales invitan a disfrutar del sol, y, por su ambiente y ubicación, suponen, en cualquier momento, la parada perfecta si queremos tomarnos un descanso entre visita y visita o bien iniciar nuestra ruta con un buen desayuno.

Curiosamente, hoy resulta un lugar acogedor y alegre, pero muchas personas desconocen que, hasta 1823, fue sede de la Inquisición. Un pasado del que, afortunadamente, no queda ni rastro en su atmósfera festiva.

Alrededor de la plaza hay numerosos edificios de interés. Nos detenemos en la iglesia de Sant Miquel (calle de Sant Miquel, 2), que fue erigida en el siglo XIII sobre una antigua mezquita musulmana, y que es el templo cristiano más antiguo de la ciudad. Algunas ampliaciones posteriores y los cambios en la orientación del altar principal terminaron de darle su aspecto actual en el siglo XVII, por lo que su estilo, en esencia gótico, está enriquecido con elementos de diferentes épocas.

11.00 La Seu: catedral de catedrales

Bajamos por la calle de Colom hasta llegar a la Seu posiblemente el símbolo más importante de Mallorca. La catedral de Palma ha ido sumando aportaciones arquitectónicas y artísticas destacadas desde el siglo XIV.

Este edificio ha suscitado tantas pasiones que es conocido por muchos sobrenombres como la Catedral de la Luz (por sus 87 ventanales y 7 rosetones; uno de ellos es el mayor rosetón gótico del mundo), la Catedral del Mar (donde su imagen se refleja causando un efecto muy vistoso) o la Catedral del Espacio (ya que es la construcción gótica que, con menos cantidad de piedra, alberga más espacio).

Estas colaboraciones han continuado vivas hasta nuestros días, con la sorprendente y novedosa decoración en arcilla en 2007 de una de las capillas a manos del artista Miquel Barceló. Antes que él, figuras como Antoni Gaudí (en la fachada y en los interiores), Juan Bautista Peyronnet (con la reforma de la fachada tras el terremoto de 1851) o Jaume Mates (en las bóvedas y las columnas) aportaron su visión personal a esta joya de la arquitectura.

12.30 La cultura más destacada, en la puerta de enfrente

Casi tocando la catedral se encuentra la Fundación Bartolomé March (de abril a octubre, abierto de 10.00 a 18.30; resto del año, de 10.00 a 14.00). Pocos visitantes saben que este museo acoge una selección de obras escultóricas de primer nivel. La colección abarca desde esculturas de Rodin, Chillida y Moore, hasta litografías de Dalí, y un amplio catálogo bibliográfico con manuscritos antiguos de gran valor.

No hay que dejar de ver los espectaculares murales de Josep Maria Sert (uno de los artistas más importantes del siglo xx en este ámbito), o el espectacular belén napolitano (con unas 2000 piezas), ni dejar de consultar la agenda de actividades culturales que aquí se organizan. No sería raro que la visita coincidiera con algún concierto de música clásica recomendable.

14.00 Un bocado rápido y sabroso

Sin apenas movernos de donde estamos, entramos a la hora de comer en el Cappuccino Palau March (Conquistador, 13; tel.: 971 717 272). Su carta ofrece sobre todo cafés, bollería y cócteles, pero dispone también de un surtido de ensaladas, sándwiches, hamburguesas y platos italianos que nos permiten reponer fuerzas sin apartarnos de la ruta. Los amantes del dulce están de enhorabuena: el brownie de chocolate con helado de vainilla es simplemente delicioso. El local, además, goza del mismo encanto que todos los edificios que lo rodean.

Primera tarde

16.00 Un lujo árabe

La palabra reciclaje suena a moderno, pero ya desde el periodo musulmán encontramos ejemplos de reutilización de materiales, en este caso con un resultado sorprendente. A poco más de cinco minutos caminando por la calle del Estudi General y después por Sant Alonso, en los baños árabes (Can Serra, 7; de abril a noviembre, abierto de 9.00 a 19.30; resto del año, de 9.00 a 18.00), podemos encontrar capiteles bizantinos y romanos rescatados de épocas muy anteriores a esta sala que, probablemente, perteneció a un noble musulmán.

Levantados en el siglo XI, hoy solo se conservan los baños calientes (la sala fría ha desaparecido). En el doble suelo se pueden apreciar aún los agujeros por debajo de los cuales circulaba el agua y de los que brotaba el vapor. Los jardines adjuntos de Can Fontirroig, frondosos y sombreados, aportan un toque más de relax a este rincón que parece haber dado un salto en el tiempo.

18.00 Una cita con los grandes creadores

Desandamos un poco del camino (si queremos toparnos con otros rincones de la ciudad, podemospasar por las fotogénicas calles de Morey y de Victòria), y al otro lado del paseo del Born, casi junto al torrente de la Riera, llegamos al Museo de Arte Moderno y Contemporáneo Es Baluard (plaza Porta de Santa Catalina, 10; abierto de 10.00 a 20.00; domingo a la tarde y lunes, cerrado).

Son quince minutos de paseo que nos acercarán a nombres de peso como Magritte, Chagall, Gauguin, Klimt, Picasso, Miró… El edificio en sí mismo, ubicado en el baluarte de Sant Pere (Bien de Interés Cultural), ya hace que merezca la pena la visita, además las vistas sobre la bahía de Palma que ofrece son de las mejores.

20.30 Para buenos estómagos

Si callejeamos hacia el nordeste (conviene ir buscando poco a poco la calle de la Unió y la Rambla dels Ducs de Palma), llegamos en quince minutos a la Brasería Misa (Can Maçanet, 1; tel.: 971 595 301, domingos cerrado); un local acogedor de carnes y pescados contundentes donde nos espera una buena recompensa tras el primer día de ruta. Si queremos probar un experimento curioso, lo mejor es pedir de postre el gazpacho de mango y jengibre con chocolate blanco y maracuyá, un sabor indescriptible.

Segunda mañana

9.00 El milagro de la Sang

En la segunda jornada, y dado que solo se puede visitar durante los horarios de misa (entre semana, a las 8.00, 9.00, 11.30 y 18.30; los fines de semana, además a las 17.30 y 19.30), madrugamos un poco para visitar la iglesia de la Sang (plaza del Hospital). El Cristo de este templo -levantado en el siglo XV para asistir al hospital adjunto- es el más seguido de la ciudad.

Como curiosidad, debemos fijarnos en el nacimiento expuesto de la capilla del belén. Se cuenta que, en 1536, el capitán de un barco que transportaba esculturas religiosas en sus bodegas, al verse sorprendido por una tormenta, invocó a la Virgen y prometió regalar parte de su carga si conseguía llegar a puerto. Al parecer, el farol del convento sirvió de guía al marinero, que cumplió su promesa.

10.00 Un pellizco de vida cotidiana

Descendemos por la calle de la Concepció hasta llegar a la avenida de Jaume III y su continuación, la calle de la Unió, que son los ejes comerciales de la capital. Es una buena oportunidad para realizar algunas compras y ver a los mallorquines en su día a día, aunque si lo que buscamos son productos más tradicionales (sobrasadas, quesos, almendras, vinos, ensaimadas, cerámica, cristal…) lo mejor es acercarnos a alguno de sus animados mercados, como el del Olivar, un espectáculo para los sentidos.

Sin embargo, no nos desviaremos mucho de la ruta ya que aún nos quedan varias propuestas imprescindibles antes de comer. En este mismo cruce nace (o termina) el paseo del Born. Esta popular vía es perfecta para tomar un café y disfrutar desde cualquiera de sus terrazas del ambiente cotidiano de la ciudad.

11.00 Conocer la historia de la isla

Justo al final del paseo (plaza de la Reina), a mano izquierda nos topamos con el palacio real. Para conocer la historia de Mallorca, no hay mejor visita que la del Palacio Real de la Almudaina (Palau Reial, s/n; tel.: 971 214 134; abierto en verano de 10.00 a 20.00 y en invierno de 10.00 a 18.00, lunes cerrado).

Como muchas otras construcciones importantes de las Islas Baleares, sus orígenes son romanos y, tras la dominación musulmana, fue remodelado con la llegada de la reconquista, en este caso bajo las órdenes de Jaume II.

Tapices, estandartes y numerosas obras de arte del siglo XV al XX ocupan su sala de exposición. Salimos al Huerto del Rey para disfrutar de una atmósfera tranquila junto a este icono mallorquín. En lo alto de la llamada Torre del Homenaje se encuentra la figura del arcángel Gabriel. Pero nos fijaremos también en las cuatro torres que se levantan en la fortaleza; en una de ellas se erige una curiosa veleta, obra de Antonio Camprodón, con forma de ángel.

13.30 La sobriedad también seduce

Cruzamos la avenida de Antoni Maura y, a apenas un minuto de camino, llegamos a La Lonja (paseo Sagrera s/n; tel.: 971 711 705). Si la catedral y la Almudaina son joyas arquitectónicas ligadas al poder religioso y político, esta construcción representa el poder civil de la época.

El antiguo Colegio de Mercaderes, también de estilo gótico, combina sobriedad y belleza, y hoy sirve como sala de exposiciones (solo es posible visitar el interior cuando hay alguna programación). Le dedicaremos unos minutos antes de sentarnos a la mesa de uno de los restaurantes con mejores vistas de la ciudad.

14.00 El encanto del puerto

A pie de las dársenas, el restaurante Nautic (Real Club Náutico de Palma; Muelle San Pedro, 1, 1º; tel.: 971 726 383) es una propuesta refrescante y con estilo que nos acerca a la primera visita de la tarde. El restaurante destaca tanto por su luminosidad y sus panorámicas sobre el puerto, como por sus platos de pescado. Al entrar en su comedor, con amplios ventanales diáfanos, uno tiene más la sensación de subir a un barco y estar flotando que de continuar en tierra firme.

Segunda tarde

16.00 El misterio de Bellver

Bordeando el pueblo hacia el oeste, a tres kilómetros del centro (se puede tomar el autobús turístico 50 o los autobuses urbanos 3, 20 y 46; en verano, abierto de 10.00 a 19.00, lunes cerrado), el castillo de Bellver corona una colina de 112 metros y se convierte en otro de los polos de atracción de la capital. Construido a principios del siglo XIV por orden de Jaume II, contiene hoy el Museo de Historia de la Ciudad, pero su interés principal reside en la propia construcción y en el bosque que lo rodea.

Esta fortaleza, pensada tanto para ser residencia real como fuerte defensivo, es una de las pocas de Europa (y la más antigua) diseñada con una planta circular. Resulta espectacular por sus formas y por las vistas privilegiadas que ofrece sobre la bahía y toda la ciudad (de hecho, Bellver significa bella vista).

18.30 Un encantador barrio de pescadores

Reservamos los últimos momentos de la ruta para conocer el Portitxol (autobuses 15, 18, 28 y 30). Este antiguo barrio de pescadores, ligeramente alejado del centro de la ciudad, hoy es una de las zonas de esparcimiento más apreciadas por los mallorquines gracias a su paseo marítimo y a sus soleadas terrazas.

Sus aceras se utilizan para patinar o hacer jogging pero también para disfrutar de una puesta de sol a última hora de la tarde. Ahora bien, lo que no hay que perderse, si la visita coincide en miércoles, es la ruta de tapas que comienza a partir de las 19.00 y a la que se suma la mayoría de los locales, que ofrecen pinchos y bebidas a precios populares. Un detalle curioso de su pasado: si nos fijamos en las terrazas de las casas situadas en primera línea de mar, aún podremos ver en algunas de ellas las argollas a las que se amarraban los botes de pesca.

20.30 Sabor mediterráneo

Las ofertas gastronómicas en esta parte de la ciudad son muy numerosas pero, para los amantes de la paella nada mejor que L’Arruzz (paseo del Portitxol, 5; tel.: 971 241 824). Sus fogones preparan el arroz de todas las maneras imaginables (clásico, negro, meloso con bogavante, con bacalao, con ciervo, con confit de pato…). El restaurante también ofrece platos de carne y pescado en un ambiente rústico y cálido, y a la vez cuidado, con un sabor siempre mediterráneo.

Seas como seas, hay un plan para ti

  • Para amigos
    El paseo Marítimo y la avenida de Gabriel Roca son las zonas de discotecas más conocidas de la ciudad. Pero si lo que se busca es una pista a lo grande, el BCM (avda. S'Olivera, s/n), en la localidad de Magalluf -siguiendo la costa hacia el suroeste-, ofrece una de las noches más intensas de música y baile.
  • Para sofisticados
    A pesar de que nació en Barcelona, Joan Miró tuvo una relación muy especial e intensa con Mallorca, donde trabajó hasta el final de su vida. La Fundación Pilar y Joan Miró (en verano, abierto de martes a sábado de 10.00 a 19.00; en invierno, de 10.00 a 18.00; domingos, de 10.00 a 15.00) ofrece a los más iniciados en el mundo del arte la posibilidad de disfrutar no solo de sus pinturas y esculturas, sino también de los talleres de trabajo donde este creador imaginó y dio vida a una de las obras más destacadas del siglo XX.
  • Para el relax
    Para disfrutar de una de las calas más espectaculares de Mallorca, hay que trasladarse al extremo norte de la isla, hasta el puerto de Pollença, y desde allí hasta la cristalina cala de arenas blancas del Pi de la Posada (cabo Formentor). La fama de su belleza es tal que atrae tanto a turistas como a autóctonos, por lo que se recomienda, en la medida de lo posible, disfrutar de ella fuera de los días de fin de semana.
  • Para aventureros
    La empresa Mallorca Aventura abre las puertas a la naturaleza más virgen de la isla, y ofrece la posibilidad de descender cañones (de diversas dificultades y duración). Será una forma ideal de conocer la isla de una manera activa y estimulante.
  • Para familias
    Un lugar ideal para visitar con toda la familia es el Museo de Muñecas Antiguas (Palau Reial, 27; abierto de 10.00 a 18.00, lunes cerrado). Presenta una colección de cerca de quinientas verdaderas obras de arte que van desde piezas precolombinas en tela -encontradas en tumbas de niños- hasta la moderna Nancy. Sus ejemplares más valorados, sin duda, son las muñecas de porcelana que protagonizaron el llamado Siglo de Oro de este juguete: de 1840 a 1930.
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