De torre en torre, por la villa de Madrigal de las Altas Torres

Son solo 23 las torres que se conservan en la actualidad, pero llegaron a ser 100 las que coronaron la muralla de Madrigal de la Altas Torres, esta villa medieval situada en plena meseta castellana. De ahí recibe el nombre esta localidad abulense que vio nacer a la reina Isabel la Católica y morir a Fray Luis de León, y quizás ambos sucesos hayan sido responsables de haberle sumado a Madrigal el indiscutible valor histórico que hoy se le atribuye.

La villa se perfila, desde lejos, con aspecto ciertamente solitario, casi desolado, pero encierra un bagaje arquitectónico que bien merece adentrarse por sus empedradas calles. Cruzar la extensa muralla que rodea la localidad supone elegir entre una de las cuatro puertas que dan acceso a la misma: la de Medina, la de Peñaranda, la de Arévalo y la de Cantalapiedra, todas ellas de estilo mudéjar. Declarada Monumento Histórico desde 1931, la muralla, de forma ovalada, refleja el agitado pasado guerrero de esta villa.

Entre sus monumentos destacables se encuentra la iglesia de Santa María del Castillo, asentada en el s. XII sobre una antigua fortaleza; el de San Nicolás de Bari es el templo más emblemático de Madrigal, célebre por acoger la ceremonia de segundas nupcias del rey Juan II y por conservar la pila bautismal de Isabel la Católica.

Ésta nació en 1451 en el palacio de Don Juan II, en la villa, hoy convertido en convento agustiniano pero todavía visitable. Junto a éste, el Real Hospital, y ya a las afueras de Madrigal el convento de Extramuros, del s. XVI, en el que falleció Fray Luis de León y que fue denominado durante años El segundo Escorial por sus monumentales dimensiones.

Dónde comer: Mesón San Nicolás; restaurante Casa Lucio.

Dónde dormir: Hotel posada Isabel I la Católica; hostal Madrigal.

Fiestas: Mercado medieval (agosto); Cristo de las injurias (septiembre); San Nicolás de Bari (diciembre).