Restaurantes que invitan a hacer una escapada

  • El Molino la Nava se asienta en un antiguo molino aceitero cordobés del siglo XVIII.
  • Hacienda Zorita, en Salamanca, es un wine-country resort & spa.
  • Para quienes prefieran la playa, en Avilés, justo sobre la arena, está Real Balneario.
Se trata de un molino del siglo XV, rodeado por 7 hectáreas de jardines y campo.
Se trata de un molino del siglo XV, rodeado por 7 hectáreas de jardines y campo.
molidelmig.com
Se trata de un molino del siglo XV, rodeado por 7 hectáreas de jardines y campo.

Viernes por la tarde en Madrid. En plena hora punta prevalecen 2 cosas: la llegada inexorable del fin de semana y las ganas de buscar un espacio lo más tranquilo posible para pasar unos días de paz. Así que, casi a la velocidad con que corría la actriz Franka Potente en la película Corre, Lola, corre, nos escapamos en actitud de “aislamiento urbano” a reencontrarnos con la naturaleza.

No lejos de la gran capital

En la localidad serrana de Robledo de Chavela, cercana a San Lorenzo de El Escorial, está el restaurante Lavanda, en el acogedor Hotel Los Cinco Enebros (con 17 habitaciones). Tiene una carta de inspiración mediterránea pero adaptada al gusto de la sierra de Madrid, para una clientela cosmopolita. Rafael Cruz es el responsable de una propuesta muy cuidada en un entorno singular.

A los pies de la Sierra de Guadarrama, en Moralzarzal, el hotel El Cenador de Salvador cuenta con un restaurante homónimo que fue fundado en 1985 por Salvador Gallego. Posee una prestigiosa escuela de cocina en su interior y una terraza ajardinada que se convierte en su carta de presentación.

A 39 km de la capital, está El Gallinero, en Collado Villalba, y su salmorejo con huevos de codorniz y virutas de jamón ibérico y el carré de lechal confitado. En la entrada está El Picoteo de El Gallinero, con una barra y algunas mesas para degustar pinchos, tapas y raciones.

En el Hotel Rural La Corredera, en San Martín de Valdeiglesias está el restaurante Los Arcos de la Corredera, lugar ideal para tomar alcachofas confitadas con crujiente de jamón ibérico, paletilla de cabrito con patatas panadera y canutillo de membrillo relleno de queso Idiazabal.

También fuera de Madrid

En Teruel está el hotel Consolación, específicamente en una pequeña localidad llamada Matarraña. En el restaurante se prepara el cordero con D.O. Ternasco de Aragón, además se puede tomar Jamón con D.O.Teruel y quesos de la zona. También platos como la presa ibérica con ensalada de fresones, remolacha y espárragos; y la casqueta (dulce típico del Matarraña relleno de confitura).

El Molino la Nava, en Córdoba, se asienta en un antiguo molino aceitero del siglo XVIII que ha sido habilitado con 8 habitaciones. Posee un patio, una terraza al aire libre y un restaurante para clientes. Además, otras actividades pueden llevarse a cabo en el lugar: senderismo, caza o visita a los parques naturales cercanos.

Hacienda Zorita, en Salamanca, no solo nos permitirá tener unas panorámicas inspiradoras del río Tormes, sino que es un wine-country resort & spa, con viñedos, una bodega con 1.450 barricas de roble americano y 300 de roble francés.

Y en Girona, el Hotel Restaurante Molí del Mig, un molino del siglo XV, rodeado por 7 hectáreas de jardines y campo, situado en el Parque Natural de Montgrí. En este restaurante se sirven platos de importante inspiración mediterránea, acompañados por una carta de vinos de l’Empordà, con algunas referencias francesas e italianas.

Asturias, para rejuvenecer el alma

En Oviedo está Arlós, con su plato de quesos asturianos, los fritos de merluza, el bogavante del Cantábrico a la plancha o el steak tartar de solomillo de ternera con helado de mostaza verde. Viator, en la misma ciudad, nos da la posibilidad no solo de comer sino de beneficiarnos de sus actividades complementarias como el golf, el senderismo o disfrutar en su centro termal. Para comer, las croquetas cremosas de jamón ibérico, mero en costra de pistachos con su jugo y hojaldre caramelizado.

Para quienes prefieran la playa, en Avilés, justo sobre la arena, está Real Balneario donde pescados y mariscos son los grandes protagonistas.

Mirando más allá, cuando pase el verano, no está de más que vayamos pensando en una escapada con esquís. En la estación Baqueira-Beret, en la provincia de Lleida, también vale la pena su gastronomía de altura.

En Arties, está Casa Irene y su especialidad de foie-gras salteado con patatas asadas, huevo de corral y salsa de trufas; en Biniarán destacan sus alcachofas fritas y su entrecôte Café de París; y Urtau cuenta con una oferta gastronómica que va desde los tradicionales platos españoles hasta el carpaccio de ciervo.

Cerramos más abajo, en Andalucía, en la Sierra Nevada, donde está  La Ruta del Veleta, de los hermanos Miguel y José Pedraza. Su guiso de espárragos, la paletilla de cordero asada y sus natillas son tres imperdibles.

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