Pogea Racing hace del Corvette de 1959 un clásico de vanguardia

Pogea Racing ha aunado el estilo clásico de un Chevrolet Corvette de finales de los años 50 con la tecnología más moderna. Bajo su elegante carrocería, el Cabriolet de 1959 esconde una tecnología moderna, además de unos frenos sólidos, un motor potente y una gran dosis de confort en su habitáculo.

Este tratamiento tecnológico al que ha sido sometido también tiene un precio: 225.000 euros. En comparación, el Corvette actual está disponible a partir de unos 72.000 euros.

A fin de mejorar la rigidez del conjunto, el chasis ha sido reforzado con una nueva estructura tubular a la que se ha acoplado ahora una suspensión roscada, el propulsor, así como un nuevo sistema de frenos. En el caso del motor, el preparador de automóviles se ha mantenido fiel a la tradición y simplemente ha trasplantado el motor del Corvette actual.

Sin embargo, el V8 de 6,2 litros cuenta ahora con un árbol de levas aún más preciso, nuevos inyectores, embudos de aspiración abiertos y un sistema de escape en acero inoxidable.

Su potencia alcanza los 485 CV y su par motor 585 Nm. Las marchas se seleccionan con la ayuda de una transmisión manual de cinco velocidades, aunque también hay disponible un cambio automático opcional.

Según el preparador, el tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h de este descapotable de 1.100 kilogramos de peso es de 3,9 segundos y su velocidad máxima alcanza los 288 km/h.

El nuevo biplaza monta un sistema de frenos de altas prestaciones que incluye los discos de freno perforados y ventilados desde el interior del nuevo Corvette.

Doce pistones delanteros y ocho traseros entran ahora en funcionamiento a la hora de frenar. El contacto con el asfalto corre a cargo de unas enormes gomas en dimensiones 265/40 R18 y 305/30 R19 (detrás).

La carrocería es 37 centímetros más ancha y ahora alcanza una anchura total de 2,09 metros.

El interior de este neoclásico de 4,50 metros de longitud muestra una gran cantidad de cuerdo bicolor en blanco y rojo y cuenta además con un volante deportivo achatado en su parte inferior, dirección asistida, sistema de sonido, sistema de navegación y climatizador.

La pregunta que se plantea ahora es: ¿quién estaría dispuesto a someter a su Corvette de 1959 a este tipo tratamiento rejuvenecedor de forma voluntaria?

Normalmente suele tratarse de ejemplares de coleccionista, automóviles en estado original por los que se pagan precios prohibitivos. En la actualidad, en Alemania se llegan a pagar incluso sumas de seis cifras por unidades en este estado. Por lo tanto, la adaptación realizada por Pogea no debería aumentar significativamente su valor.