El Ferrocarril de la Jungfrau: un viaje por las montañas de Suiza

  • El Ferrocarril de la Jungfrau, en Suiza, cumple 100 años.
  • La línea permite una increíble excursión por los glaciares alpinos.
  • Se llega a la cima de la Jungfrau, "la doncella" de los Alpes Berneses.
El tren acaba en la llamada esfinge.
El tren acaba en la llamada esfinge.
TURISMO DE INTERLAKEN
El tren acaba en la llamada esfinge.

El 1 de agosto de 1912 entraba en funcionamiento el Ferrocarril de la Jungfrau, un tren que había empezado a ser diseñado en 1896 junto con una entonces revolucionaria estación ferroviaria "que rozaba el cielo". Ese tren, que asciende a través de los montes Eiger y Mönch, en Suiza, cumple ahora su centenario.

Desde hace cien años esta subida espectacular al "techo ferroviario" de Europa seduce a alpinistas y turistas. Y es que, a casi 4.000 metros de altura, la naturaleza estalla alrededor de las tres míticas cumbres alpinas y el glaciar más grande de Centroeuropa.

Cien años del tren cremallera

Interlaken, la estratégica ciudad suiza situada entre los lagos de Brienz y Thun, se dispone a celebrar por todo lo alto el primer centenario del Jungfraubahn, el tren de cremallera que consiguió alcanzar la cima de este gigante alpino en 1912.

El viaje, recomendable siempre que el tiempo acompaña, dura dos horas y permite descubrir como gracias a esta ambiciosa obra de ingeniería de montaña el ferrocarril "destripa" las entrañas del Eiger y del Mönch.

Antes y ahora el objetivo del tren no era otro que atravesar un túnel helicoidal de 7 kilómetros de longitud excavado prodigiosamente en las paredes más empinadas de la pared norte del Eiger, la llamada entre los alpinistas "pared asesina" por las muertes que ha ocasionado a lo largo de su historia. Sólo así se podía superar un desnivel de 1.400 metros antes de poner ante nuestra vista la imponente cima de la Jungfrau, "la doncella" de los Alpes Berneses.

La cima es 'La Esfinge'

La inauguración de la línea permitió –como lo sigue siendo hoy en pleno siglo XXI– disfrutar de una increíble excursión por los glaciares alpinos. Situadas en las dos paradas previas a la cima, dos privilegiados miradores permiten descubrir los "hielos eternos" con bloques desprendidos del tamaño de una casa casi como si el visitante los tuviera delante de sus ojos a solo unos metros.

Al llegar al destino final del viaje, el visitante se encuentra en las entrañas de 'La Esfinge', la parte superior de la montaña, desde donde se toma un ascensor que conduce a lo más alto del observatorio científico. Tras subir unos escalones, se accede a la famosa terraza panorámica de Sphinx, casi suspendida en el vacío.

Resulta increíble comprobar la ubicación de este observatorio en lo más alto de un espigado torreón rocoso con una vista de 360 grados que jamás abandona nuestra retina. Una panorámica que resulta incluso aún más espectacular en los días más claros cuando se divisan los Alpes, la Selva Negra y el glaciar Aletsch, el único alpino catalogado como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento