Valladolid

Los futuros notarios se juegan en Valladolid las 103 plazas vacantes

No sólo vale estudiar, también cuenta, y mucho, la presión. De ello son conscientes los 1.103 candidatos que se examinan desde ayer en Valladolid para conseguir una de las 103 plazas de notario vacantes en toda España, sólo una en nuestra capital.Atrás quedan años de preparación, entre cinco y seis de media, para afrontar una de las oposiciones más difíciles –dicen– en cuatro pruebas, las dos primeras orales. Ayer comenzaron a pasar por delante del tribunal –formado por siete miembros– los primeros opositores. Cada día lo harán ocho, así que todo el proceso se alargará unos 15 meses, según explicó el decano del Colegio de Notarios de Valladolid.

Estas oposiciones salen cada dos años, la última vez se celebraron en Zaragoza y desde 1961 los futuros notarios no pasaban por Valladolid. Según los preparadores no son del todo malas (cada opositor compite con otros siete), porque en los años noventa llegaban a luchar  hasta 27 personas por un puesto.

Un día de descanso

Los candidatos han tenido que prepararse alrededor de 400 temas sobre distintas materias de derecho: civil, fiscal, mercantil, notarial, administrativo... Los aspirantes suelen tener una misma rutina: estudian seis días a la semana y tan sólo descansan uno. Los preparadores aconsejan aprovechar el escaso tiempo libre que les queda para dormir, pasear y hacer deporte.

Los notarios intervienen a diario en numerosas situaciones para hacer constar en un documento la compra de un piso, un matrimonio o la creación de una empresa.

Él ya es notario, ella quiere serlo

Jesús Gómez. Preparador de oposiciones. Barcelona.

«En la carrera, si estudias, apruebas. Aquí no basta con el esfuerzo, hay mucha incertidumbre. Lo peor es el bloqueo, sobre todo en la prueba oral. Los opositores estudian diez horas al día, así que sobran otras 14 para descansar».

María Dolores Camacho. Candidata. 28 años. Huelva.

«Estoy muy nerviosa, llevo cinco años y medio preparando la oposición. Ya me presenté en la última convocatoria de Zaragoza. Lo difícil es mantenerse, no sólo estudiar, sino aguantar la tensión, porque arriesgas todo quizá, para nada».