Zarautz, del mar y la historia

  • Su playa es uno de sus mayores atractivos turísticos y ahora el surf una de sus imágenes más conocidas internacionalmente.
  • La parroquia de Santa María la Real y las torres de los Zarautz y Luzea son tres de sus principales joyas arquitectónicas.
  • Las delicias de la cocina vasca asoman en cada bar y restaurante.
Playa y paseo marítimo de la localidad guipuzcoana.
Playa y paseo marítimo de la localidad guipuzcoana.
EP
Playa y paseo marítimo de la localidad guipuzcoana.

Desde su fundación en el siglo XIII, Zarautz está ligada estrechamente con el mar Cantábrico que hace las veces de fondo en el paisaje. Fue sede de los balleneros hasta el siglo XVI cuando se comienzan a desarrollar otras actividades relacionadas también con el mar a raíz de la creación de astilleros.

Pero es con la llegada del turismo, cuando Zarautz, esta localidad guipuzcoana de cerca de 20.000 habitantes, se muestra en todo su esplendor.

Su hermosa playa es uno de sus mayores atractivos. Una playa bañada por las frías olas de un mar a menudo encabritado, pero que muestra la belleza de un océano salvaje. Estas características hacen de la playa el lugar idóneo para pasear.

Zarautz tiene playa y olas. Y gracias a esas olas, la práctica del surf está más extendida cada día. Es el llamamiento para que el viajero disfrute de un turismo de carácter activo: parapente, golf, senderismo, y un largo etcétera.

La historia respira por sus cuatro costados. Desde el conjunto arqueológico monumental (con siete yacimientos) de la Edad de Piedra hasta la Medieval, pasando por los restos del gran legado romano.

Representante de esta variedad de culturas es la parroquia de Santa María la Real, junto con la torre y campanario de Zarautz. En este conjunto monumental se puede visitar la historia oculta de pueblos de la Edad de Hierro, necrópolis medievales y el actual templo gótico construido a finales del siglo XV.

Del Palacio de Narros a la Torre de Luzea

El Palacio de Narros con una perfecta construcción castellana del siglo XVI ofrece el encanto de sus jardines por donde pasearon personaje tan ilustres como la reina Isabel II. Otros buenos ejemplos de casas palaciegas son la Casa Dotoreuka o la Casa Portu que actualmente acoge el ayuntamiento de Zarautz.

Del mismo modo, la Torre de los Zarautz, que acoge el Museo de Arte e Historia de Zarauz, y la Torre Luzea muestran la fortaleza defensiva de un pueblo que ha resistido al paso de los siglos.

El Photomuseum, el Museo Vasco de la Fotografía, muestra las técnicas y la historia de esta práctica. También se muestras exposiciones temporales con las obras de fotógrafos de prestigio.

Su arquitectura religiosa

El convento de los Padres Franciscanos, construido en 1610, alberga una amplia biblioteca dedicada a la literatura vasca. Está considerado monumento histórico artístico de interés provincial gracias a la magnificencia de su iglesia, el convento y el colegio franciscano.

Destaca también el convento de Santa Clara que fue el primero que acogió a las clarisas en Guipúzcoa. Dentro de la tradición religiosa, destaca el convento del Buen Pastor de las Carmelitas Descalzas que fue inaugurado en 1906 y donde las religiosas aún realizan sus actividades.

Y a comer

Estamos en el País Vasco, que es sinónimo de buen comer. En Zarautz, el viajero dispone de la mejor gastronomía de la zona. Las delicias de la cocina vasca se asoman por cada rincón en forma de merluza a la koxkera, chipirones en su tinta o a lo Pelayo. Este último está considerado como el plato típico de la localidad.

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