Córdoba

Responsables del Ministerio de Industria y de la Junta se reúnen este miércoles con los trabajadores de Locsa

Trabajadores De Locsa En Una De Sus Acciones Reivindicativas
EUROPA PRESS/ARCHIVO

El director general de Industria del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, Jesús Candil; el viceconsejero de Economía, Innovación y Ciencia, Justo Mañas, y el director general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta de Andalucía, Daniel Rivera, se reúnen este miércoles en Córdoba con los trabajadores de Locsa, para analizar la nueva situación.

Así lo ha dicho a Europa Press el presidente del comité de empresa de Locsa, Francisco Pozuelo, quien ha resaltado la importancia de dicho encuentro, en el que también tomarán parte responsables andaluces de los sindicatos de Industria de CCOO y de UGT y que tendrá lugar este próximo miércoles en la Delegación de Empleo de la Junta en Córdoba. Los trabajadores de la centenaria factoría cordobesa esperan que esta reunión les permita "encontrar luz" para salir del túnel en el que les ha metido la propietaria de Locsa, la multinacional italoalemana KME, que pretende cerrar la fábrica cordobesa y prescindir de sus 120 trabajadores.

De hecho, los empleados de esta empresa metalúrgica se concentraron este pasado viernes ante la Delegación de Empleo de la Junta en Córdoba para manifestar su rechazo al hecho de que KME haya despedido, "por causas objetivas y de la producción", a 12 empleados y previsto el traslado en agosto a sus instalaciones de Barcelona a otros once. A juicio Pozuelo, esta medida adoptada por la empresa, supone "una nueva agresión de KME dirigida contra los trabajadores de Locsa y contra las leyes de este país".

Además, según han criticado los trabajadores, KME ha comunicado los despidos y traslados cuando la producción de Locsa está paralizada desde el pasado 1 de julio, día en el que comenzaron las vacaciones pagadas y forzosas para todos los empleados que impuso la empresa, después de que la Junta de Andalucía rechazó, por verlo injustificado, el ERE que presentó KME como paso previo al cierre de la factoría cordobesa, teniendo ahora previsto la multinacional, con el mismo objetivo, instar un concurso de acreedores.

Más pérdidas

Entre tanto, el director general de KME en España, Andrés Barallobre, ha afirmado a 'El Día de Córdoba' que las pérdidas auditadas de los últimos cuatro años, de 17 millones, suben a 20 millones si se les añaden las del primer semestre de 2011. En opinión de Barallobre, ésta es "una realidad objetiva e incontestable, a pesar del cúmulo de falsedades, intoxicaciones y demagogia que se han vertido sobre nuestra empresa en estos meses, por razones interesadas o de carácter político que intentan imponer una ilusión de viabilidad de la fábrica de Córdoba e impedir el cierre ordenado de sus actividades".

Así, según la empresa, la contracción de los sectores de construcción e industrial desde 2007 no pueden dotar a Locsa "de la carga de trabajo productiva mínima para ser viable", a lo que se añade el "desplome" desde finales de 2008 en un 53% del mercado ibérico de los laminados de cobre, así como la práctica desaparición de los de latón.

Barallobre ha añadido que a todo esto se suma que Locsa cuenta con "la estructura de costes de una fábrica tecnológicamente no eficiente" para los laminados de zinc para tejados. Además, "no es competitiva por multitud de factores (estructura productiva y tecnológica o costes de producción y de transporte) para luchar en otros mercados, ocupados ya por otros competidores y por el propio grupo KME".

"insulto a la inteligencia"

Ante esto, el presidente del comité de empresa de Locsa, Francisco Pozuelo, ha asegurado que los argumentos de Barallobre "suponen un insulto a la inteligencia de los trabajadores", pues "es cierto que desde 2004 KME no ha invertido ni un euro en Locsa, de modo que, si como afirma Barallobre, la fábrica está obsoleta, habría que preguntarse qué ha la dirección de la empresa durante estos siete años, cuando los trabajadores le hemos estado reclamando constantemente que invirtieran en la empresa".

A ello se suma, según ha subrayado Pozuelo, "los trabajadores no son responsables de las decisiones sobre a qué mercados hay que acudir y a qué clientes hay que buscar, ha sido KME desde 2004 la que está diciendo cuál es el mercado al que puede y al que no puede acudir Locsa, cuáles son sus clientes y cuáles son los productos que hay que fabricar, de modo que las pérdidas, aunque se estén achacando a Locsa, alguien de KME debe asumir la responsabilidad de las mismas, pero no el comité de empresa ni los trabajadores", que han ido aceptando reducciones de plantilla paulatinas desde la llegada de KME.

En definitiva, los trabajadores no son responsables "de que no se haya hecho ninguna inversión, ni de que se hayan quitado a Locsa los productos" que la hacían rentable, para dárselos a factorías de KME en Italia y Alemania, y de que hayan circunscrito el mercado de la factoría cordobesa a la Península Ibérica, cuando antes tenían clientes en países de tres continentes. Además, según ha resaltado Pozuelo, "si Locsa ha tenido pérdidas de tres millones en este primer semestre del año, conviene recordar que no se puede producir y generar beneficios si se tiene a la plantilla en su casa con vacaciones pagadas forzosas".

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