El copago y las privatizaciones tensan el debate televisado entre Aguirre, Gómez y Gordo

El miedo a la privatización de los servicios públicos y la polémica sobre la supuesta intención de Esperanza Aguirre de implantar el copago sanitario en la región centraron el debate de este domingo entre los candidatos a presidir la Comunidad. Por su parte, la presidenta intentó frenar las acusaciones sincronizadas de Tomás Gómez (PSOE) y Gregorio Gordo (IU) enumerando las cifras de sus ocho años de gestión y, sobre todo, sacando el fantasma de Zapatero.

"Nuestra comunidad está siendo objeto de un experimento, para poner la educación y la sanidad en manos privadas", le lanzó Gómez en su intervención final. Antes, el líder socialista había sacado una carta en la que los gestores de los nuevos hospitales "piden más dinero (a la Comunidad) y advierten de un posible colapso" de la sanidad. Mientras, Gordo acusó a la presidenta de querer "entregar hasta el agua a sus amigos", en referencia a la privatización del Canal de Isabel II. Para contrarrestar, Aguirre recordó a Gómez que, cuando fue alcalde de Parla, "privatizó la recogida de basuras, los transportes y la funeraria".

El formato del debate, encorsetado por los tiempos y los bloques temáticos, dejaba poco espacio para el diálogo. Con permiso de las privatizaciones, sólo un asunto logró elevar la tensión del debate. Y no podía ser otro que el copago sanitario. En el cara a cara con Aguirre, Gómez esgrimió "una circular enviada a una residencia de mayores en la que se dice que se dejen de comprar los pañales". La líder del PP se indignó, le acusó de mentir y le respondió: "Es ignominioso que quiera asustar a los mayores. Vamos a hacer la compra (todas las residencias) a la vez para tener mejores precios".

Mientras, el encuentro de Gómez y Gordo fue todo menos un enfrentamiento. Ambos se dedicaron a cortejarse durante el debate y mostraron más sintonía que diferencias. "Mi adversario nunca es de izquierdas, mi adversario es la derecha", le dijo Gómez. "Hoy coincide con IU más que nunca, es una buena noticia", le respondió Gordo. Ante esta cercanía, Aguirre intentó meter miedo con la "coalición entre el PSOE y los comunistas".