El descontento dispara los partidos contra el sistema

Los políticos, lejos de aportar soluciones, son el más grave problema de la sociedad española para dos de cada diez ciudadanos, según el último barómetro del CIS. Este descontento social unido a la crisis, lejos de desencantar a la población, la ha empujado a unirse y crear partidos que dicen luchar por un cambio radical en el sistema.

En lo que va de año, se han inscrito cerca de una treintena de partidos regeneradores; en 2007, el último año en el que también hubo elecciones autonómicas y municipales, este tipo de formaciones nuevas apenas llegaba a la decena.

"Solo desde dentro de la política podremos frenar a esta clase política que nos hipnotiza con eslóganes, nos manipula con ideologías e identidades". Esta declaración de intenciones del recién creado partido Higiene Democrática (HD) podría suscribirla partidos nuevos como Izquierda Contra la Corrupción (IVCC), Partido de Reordenación Democrática (PDRD), Cambio de Sistema (RH-CS) o Democracia Participativa (Participa).

Cada uno es diferente y algunos no están exentos de cierto humor: El Partido Abre Tus Ojos (PATO), por ejemplo, aboga por permitir que se vote a los bancos, ya que "son los que dirigen en la sombra" y por someter a un test de inteligencia a cada representante público que tenga que jurar un cargo. En SOS Democracia, por su parte, defienden un "ecologismo radical y terminar con los privilegios". Métodos distintos, aunque todos comparten el hartazgo hacia los políticos -y la forma de hacer política- tradicionales.

Los datos son claros y revelan una separación cada vez mayor entre la sociedad y el poder. "La desafección lleva al ciudadano a no seguir la política institucional y a alejarse de las formaciones tradicionales", señala Pablo Oñate, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Valencia (UV).

En lo que va de 2011, se han inscrito 378 partidos en el registro del Ministerio de Interior. Son más de tres al día y una cifra siete veces superior a todos los que se dieron de alta en el año 2008, por ejemplo. Y es que las inminentes elecciones locales y autonómicas del 22 de mayo han supuesto un incentivo a la participación política.

Si los españoles no logran identificarse con ningún partido no será por falta de opciones. Actualmente hay una oferta de 3.857 formaciones políticas distintas. La mayoría son organizaciones de ámbito local.

No todas las nuevas formaciones que se registran ante el Ministerio, sin embargo, tienen verdadera vocación política. Detrás de un buen número de siglas en realidad se esconde un fraude que busca acceder a los datos del censo electoral, un listado que es toda una tentación para "muchas empresas de estudios de mercado que con pocos escrúpulos se hacen con datos especialmente útiles para ellas", denuncia Pablo Oñate.

Aunque consta la existencia de estos partidos trampa, las autoridades reconocen que es difícil perseguirlos. "Donde más se dan es durante las elecciones locales", comentan fuentes de la Junta Electoral Central.

No todos los nuevos partidos que se han formado para estas próximas elecciones adoptan las formas habituales. Organizaciones con nombres tan imaginativos como el Partido Irreverente Surrealista (PIS), Democracia Directa del Amor, la Sonrisa y el Método Científico (Puedes) o Reforma del Estado de Nostradamus (Nostradamus) tal vez no obtengan demasiados votos, pero darán que hablar en los próximos comicios.

Miguel Prados, miembro fundador de Democracia Participativa.

¿Por qué crear un nuevo partido?

En el caso de Democracia Participativa (Participa), porque no nos queda otro remedio. Nunca he creído que el sistema nos represente en modo alguno.

¿Cuánta gente fundó el partido?

El impulso lo dieron unas cinco personas, que tenían detrás el apoyo de plataformas cívicas en las que colaboran al menos otras 350. En total, sumados los simpatizantes, hay unas 1.700 personas detrás de Participa.

¿Qué les hace diferentes?

Queremos devolverle el poder perdido a la sociedad; y por eso nuestra formación cuando ocupe un escaño o un puesto de concejal será para cedérselo a la sociedad en el sentido literal de la palabra. Además, según nuestros estatutos, no nos podemos coaligar con otros partidos.

¿Quién toma las decisiones?

En nuestro partido no damos importancia a los cargos y, de hecho, se adjudican por sorteo. Nuestra vocación es ser una herramienta de participación, preguntar a la gente.

¿Cuál sería la primera medida que tomarían?

La primera sería saber la opinión de la gente, pulsar la voz del ciudadano y ser totalmente transparentes.