Murcia

Acusado de matar a un hombre al que obligó a pedalear en bici dice que no lo mató pero ayudó a encubrir el crimen

Presunto Asesino
EUROPA PRESS

El acusado de matar de un disparo y descuartizar presuntamente a un hombre que trabajaba para él tras obligarle a montarse en una bicicleta estática y encañonarle amenazándolo con pegarle un tiro si dejaba de pedalear, Pedro S.G., que está siendo juzgado desde este miércoles por un jurado popular en la Audiencia Provincial de Murcia y para el que la Fiscalía pide una pena de 19 años de prisión, asegura que todo esto es "falso". "No soy un santo, estoy dispuesto a pagar por lo que hice, pero no tengo nada que ver con la muerte de este hombre porque no estaba presente ni cuando ocurrió", indicó.

Soy culpable de todo lo posterior, ha afirmado el conocido como 'El Karateka' en su declaración jurada, de hecho, indicó, "colaboré en las tareas de limpieza para lo que utilizamos salfumán, ya que el testigo que es abogado me dijo que era el mejor sistema para que no quedaran restos ni en las juntas de las losas ni en los poros de las mismas", "pero no en su muerte, porque yo no fui quien apretó el gatillo".

Al parecer, según las conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal, el acusado había tenido unos problemas económicos con la víctima, A.S.H., conocida como 'El Gordo', persona que pertenecía a su entorno y trabajaba para él.

Los hechos sucedieron a mediados del año 2000, cuando el acusado se encontraba en su domicilio, ubicado en la pedanía murciana de El Palmar, e hizo bajar a la víctima al garaje que el chalet tiene en la parte inferior, en compañía de otras dos personas que también trabajaban para él, los dos testigos.

Según el mismo escrito, tras obligarle a montarse en una bicicleta estática que se encontraba en dicho lugar y sacar una pistola de calibre 9 milímetros parabellum, le encañonó amenazándole con pegarle un tiro si dejaba de pedalear, haciendo caso omiso a los ruegos de los otros dos individuos que presenciaron los hechos para que no llevara a cabo la ejecución.

Una vez que A.S.H. dejó de pedalear dado su agotamiento, el acusado le disparó a bocajarro en la cara, produciéndole la muerte inmediata, según las mismas fuentes.

El cadáver fue desmembrado y cortado por orden de Pedro S.G., y enterrado en una finca de un conocido suyo, hasta que a finales de 2001 fue trasladado, también por orden de Pedro, hasta un campo ubicado en el Paraje de los Troncos, cerca del Puente de la Cebolla de Ceutí, donde accidentalmente fue desenterrado por un tractor que se encontraba haciendo labores de labranza el 8 de diciembre de 2007.

Para el Fiscal, Fernando Florit, procede imponer a Pedro la pena de 17 años de prisión por el delito de asesinato, y la pena de dos años de prisión por el delito de tenencia ilícita de armas. Asimismo, estima que deberá indemnizar al hermano de la víctima con 60.000 euros.

Mientras que el abogado defensor, José María Caballero, habla de "presiones", de "persecución policial", y señala que el escrito es la "ceremonia de la confusión", las declaraciones de los testigos están repletas de "contradicciones" y que todo lo que se ha intentado probar ha terminado "en agua de borraja". 10

Kilos de cocaína

Según la versión del acusado, él no se encontraba en el garaje cuando se produjeron los hechos, aunque asegura que participó en las tareas de limpieza y dio órdenes del primer y segundo enterramiento del cadáver.

Todo empezó cuando regresó de un permiso carcelario y preguntó a sus 'socios' por 10 kilos de cocaína que habían desaparecido y les dejó para que la custodiaran, ha explicado Pedro este miércoles en su declaración ante el jurado, tras lo que hizo llamar a su chalet a los dos testigos presenciales, Antonio R., el abogado, y al conocido como 'El bombero', que posteriormente le acusaron, así como al 'Ruso', ciudadano de Ucrania, conocido por Sergei, que no llegó y se encuentra en paradero desconocido, y Alfonso, el fallecido que vivía en esos momentos en casa del acusado.

Una vez en el lugar, Pedro S.G. ha indicado que les amenazó diciendo que si no aparecía la cocaína o el dinero diría a los colombianos quienes eran y donde vivían, y los dejó a los tres hombres a solas en el garaje mientras él se encargaba de un cliente que acababa de llegar a la vivienda, aglomerada, en base a su declaración, "de prostitutas y drogadictos".

Media hora después, apuntó, escuchó el disparo, bajó y encontró el cuerpo ensangrentado y a los dos testigos que le aseguraron que había sido el 'Ruso', quien llegó, entró y disparó.

El acusado, que manifiesta que se creyó lo que ambos le contaron porque no los veía "con pelotas" como para apretar un gatillo, "aunque al parecer he vivido engañado todos estos años", los amenazó y ordenó que se deshicieran del cuerpo, dejándolo al parecer en los terrenos de un empresario inmobiliario, quien le alertó de que estaba siendo extorsionado por ambos testigos.

Así las cosas, Pedro S.G., que en las anteriores declaraciones nunca dio esta información y hoy asegura que es porque había un pacto oculto entre los asistentes, aunque sí lo hizo, en parte, a través de un escrito "ya que el juez instructor retorcía todas mis palabras y la realidad", exigió al abogado y al bombero el cambio de lugar del cadáver, a quienes acompañó el que fuera por entonces cuñado del acusado.

"No soy ningún subnormal ni tampoco muy listo pero matar a alguien en tu propia casa y llena de testigos, no sería algo muy inteligente. Es irracional", advirtió el acusado que actualmente se encuentra encarcelado en un módulo de máxima seguridad en Alicante por delitos anteriores relacionados con el tráfico de drogas y la prostitución.

Está previsto que este jueves que declaren vía videoconferencia, los guardias civiles que llevaron la investigación cuando se encontró el cadáver.