Facebook y Twitter, herramientas no aptas para políticos oportunistas

    • Los candidatos buscan hacer campaña en cualquier momento y lugar.
    • Los políticos hacen un "uso electoralista" de las redes.
    • El uso de las redes no puede limitarse solo al período electoral.
    La red de microblogging Twitter.
    La red de microblogging Twitter.
    Keiyac
    La red de microblogging Twitter.

    Con las elecciones autonómicas y municipales a la vuelta de la esquina, los candidatos buscan hacer campaña en cualquier momento y en cualquier lugar, redes sociales incluidas, pero la comunicación 2.0 exige constancia y los expertos advierten de que no puede limitarse solo al periodo electoral.

    Salvo algunos casos contados, el uso que hacen los políticos de las redes sociales es "oportunista", según declara el profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y autor del blog eCuaderno.com, José Luis Orihuela.

    A su juicio, "las estrategias a corto plazo articuladas en torno a las campañas electorales no son el mejor método para construir buenas relaciones sociales en la red".

    Opina lo mismo el profesor de Sistemas de Información en IE Business School, Enrique Dans, quien asegura que "salvo muy honrosas excepciones" los políticos hacen un uso "electoralista" de las redes sociales al utilizarlas como "un arma más de la campaña" y después dejarlas abandonadas.

    "Las elecciones no pueden utilizarse como excusa para transmitir el programa electoral cada cuatro años y luego abandonar la red durante los cuatro siguientes, ya no es posible mantener una actividad política al margen del ciudadano", explica Dans.

    Los blogs, Facebook y Twitter se han convertido en "el trípode" sobre el que se asienta cualquier estrategia de comunicación en Internet y su principal ventaja reside, según Orihuela, en que permiten un mayor grado de acercamiento entre los candidatos y los ciudadanos.

    La ubicuidad de Rosa Díez

    Sin embargo, la red también alberga numerosos peligros que no deben perderse de vista, pues como señala Orihuela las redes sociales, por ejemplo, no permiten "conversar con todo el mundo al mismo tiempo".

    Esto lo sabe bien la diputada de Unión Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, quien cerró su cuenta en Twitter el año pasado tras una polémica surgida al descubrirse que no era ella quien escribía los 140 caracteres de esta red de microblogs.

    La ubicuidad de Díez se puso de manifiesto cuando contestó a sus seguidores a la vez que era entrevistada en Televisión Española.

    Algunos políticos han aprendido de experiencias como esta y han decidido reconocer lo evidente. Esperanza Aguirre, por ejemplo, recibe al internauta con el siguiente mensaje: "Bienvenido a mi Twitter (y al de mi equipo)", una fórmula similar adopta el candidato socialista al Gobierno madrileño, Tomás Gómez, quien ha delegado en su equipo la actualización de su cuenta.

    "Se trata de hacer las cosas con coherencia", admite Dans, "si mi twitter lo lleva mi equipo de comunicación entonces no pondré mensajes personales".

    Además, indica que un mensaje de 140 caracteres se escribe en un minuto y que por lo tanto es "absurdo" pensar que el político no tiene tiempo para tuitear: "sería además una buena forma de mostrar transparencia".

    "Pero qué asquito dan los sindicatos"

    La delgada línea que separa el ámbito personal del profesional constituye otro riesgo de las redes sociales, pues, entre otros aspectos, puede dar lugar a comentarios inoportunos.

    Un día antes de la huelga general del pasado mes de septiembre, por ejemplo, el concejal del Partido Popular del Ayuntamiento de Getafe Manuel Ortiz Lázaro publicó en su tablón de Facebook el siguiente comentario: "pero qué asquito dan los sindicatos"; "panda de gentuza que sólo piensan en su propio interés".

    La rectificación no se hizo esperar y el concejal pidió disculpas a quienes se hubieran podido sentir "molestos u ofendidos" por estas palabras que, dijo, "eran fruto de un desahogo inoportuno" y que se enmarcaban en "un contexto propio de una conversación privada" mantenida en un perfil personal de Facebook".

    Sin embargo, aunque existen riesgos, según Dans, la comunicación en las redes sociales debe guiarse por la lógica, "si se gestiona bien ofrece numerosas ventajas, porque es una comunicación directa, controlada y bidireccional que se puede manejar perfectamente dentro de una estrategia razonable".

    El ejemplo de Obama

    La primera victoria 2.0 de la historia, la de Barack Obama, se ha convertido en un "talismán de la comunicación política", pero lo cierto es que las condiciones históricas, sociales y tecnológicas de Estados Unidos son muy diferentes a las de España, tal y como afirma José Luis Orihuela.

    El presidente de Estados Unidos convirtió Internet en el eje de su campaña durante las elecciones presidenciales de 2008 y obtuvo el apoyo masivo de los internautas, que contribuyeron a generar una ola de propaganda viral en la que vídeos, comentarios y artículos copaban la red.

    "Lo que va a suceder en España es que los partidos políticos ganarán o perderán las elecciones con los medios sociales (no gracias a ellos, ni por su culpa) y los que ganen tendrán que gobernar con las redes sociales", prevé Orihuela.

    El twitter boicoteado de la Moncloa

    Y nadie ha dicho que gobernar con las redes sociales sea fácil. Según Enrique Dans, en el futuro cuando un político tome decisiones impopulares se verá obligado a hacer un esfuerzo mucho más grande a la hora de explicar esas medidas.

    "Los políticos han pasado de gobernar con encuestas puntuales a gobernar con encuestas en tiempo real que miden la popularidad en cada momento porque los ciudadanos están a un golpe de clic y aquello con lo que no estén de acuerdo generará una contestación inmediata", apunta.

    El Gobierno puso en marcha el pasado año un twitter oficial, que, sin embargo, se encontró con un competidor que había suplantado la identidad institucional y que había conseguido 950 seguidores gracias a los más de 2000 mensajes con información sobre las actividades del Ejecutivo que fue colgando en su tablón.

    Automáticamente el Gobierno pidió a la compañía que verificase la identidad de la persona que estaba detrás de la cuenta "LAMONCLOAnews" ya que se trataba de una suplantación de la cuenta oficial: "desdelamoncloa".

    Por casos como este, la verificación de la identidad es otro de los retos inherentes a la popularización de internet, como resalta Orihuela, que, además, "no se limita a Twitter ni se circunscribe solo a los políticos".

    En cualquier caso, precisa que "lo que más daño produce a la imagen de los cargos públicos no son los perfiles falsos o paródicos, sino su propia incompetencia".

    Política 2.0

    Los medios sociales en una campaña electoral ya no pueden entenderse como una plataforma adicional para la "distribución unidireccional de propaganda y mensajes precocinados", pues "estar en los medios sociales hoy quiere decir estar dispuesto a escuchar, a responder y a cambiar", puntualiza José Luis Orihuela.

    "Los partidos que usen bien los medios sociales tendrán que abrir sus programas electorales y recoger los proyectos y las demandas de la gente", aconseja.

    Enrique Dans, por su parte, vaticina que dentro de unos años "los políticos se preocuparán de verdad por ser transparentes, informarán de lo que hacen, con quién se reúnen, para qué y por qué", pues los ciudadanos-internautas querrán saberlo absolutamente todo y querrán información no solo en tiempo de elecciones.

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