Zamora, de batallas y de culto

  • La ciudad fue escenario de andanzas del Cid y de Almanzor.
  • Del 14 al 24 de abril se celebra su famosa Semana Santa.
  • Es la ciudad europea con mayor número de templos románicos.
Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo.
Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo.
Turismo de Zamora
Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo.

Zamora es historia, y la historia genera patrimonio. El patrimonio da pie al culto, y del recogimiento de la devoción surge el sosiego. Paradójicamente, la que es ahora una ciudad tranquila fue en su momento localización de algunas de las grandes batallas medievales.

Por esta urbe han pasado personajes como el Cid Campeador o Almanzor. Ha sido escenario de las disputas de Doña Urraca y su hermano Sancho II, y del famoso cerco que dio lugar al dicho de “no se ganó Zamora en una hora”. Y siempre fue un enclave estratégico para los monarcas, que han definido la ciudad con expresiones como “muy noble y muy leal” o “la bien cercada”, que daban una idea del talante de sus gentes y auguraban su aislamiento y quietud en los siglos venideros.

Pese a que antiguamente fue una encrucijada de caminos dentro de la Vía de la Plata, la Zamora actual no está en las rutas habituales de los turistas que visitan nuestro país, más allá de la Semana Santa. Este hecho, para bien o para mal, ha permitido que esta ciudad de tan solo 66.000 habitantes sea un destino tranquilo y atractivo para escaparse un fin de semana. La antigua Samurah se encuentra a 65 kilómetros de Salamanca y a 90 de Valladolid, y está bien comunicada con la ciudad portuguesa de Braganza.

La Semana de Pasión zamorana

Del 14 al 24 de abril, Zamora vive su Semana Santa, un acontecimiento declarado de Interés Turístico Internacional que hace que se quintuplique su población por unos días. La austera religiosidad castellana se pasea por sus calles en forma de 17 cofradías que celebran procesiones desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección.

De todos los actos que tienen lugar en estas jornadas, los zamoranos destacan el Juramento del Silencio, en el que interviene la alcaldesa y el Santísimo Cristo de las Injurias, la procesión de las Capas Pardas y la del Yacente, concretamente el momento del canto del Miserere. Algunas de las tradiciones que se pueden ver durante estos diez días se remontan al siglo XVI.

Los visitantes que se acerquen a la ciudad en las próximas semanas también podrán disfrutar del acontecimiento religioso en instantáneas, a través de la exposición del XXVI Concurso Nacional de Fotografía de la Semana Santa de Zamora, que estará en el Centro Cultural La Marina de Caja Duero hasta el 24 de mayo.

Pero la ciudad tiene muy presentes estas fiestas durante todo el año gracias al Museo de la Semana Santa, creado por todas las cofradías y hermandades en 1964 para exponer las piezas escultóricas que salen en procesión. De los 52 pasos que se sacan en la Semana de Pasión, 37 están el resto del año en este museo. Entre ellos destacan La Redención, de Mariano Benllure, La Lanzada de Ramón Álvarez y La Agonía de Juan Ruíz de Zumeta.

El Románico por bandera

Zamora es además la ciudad europea con mayor número de templos románicos, al sumar 14 iglesias en el casco histórico y 23 en todo el municipio, la mayoría abiertas a las visitas. El edificio más importante es la catedral, famosa por su cúpula gallonada de estilo bizantino y la colección de tapices flamencos que alberga en su interior. Callejeando con la ayuda de un mapa se pueden encontrar la Iglesia de la Magdalena y su pórtico de piedra tallada, la de Santa María la Nueva, la de Santiago de Burgo, la de Santa María la Horta o la de San Ildefonso.

Pero, pese a que el legado románico es su principal reclamo turístico, la ciudad ha sabido sacarle partido también a las aceñas que molían la harina en el Duero, al entramado medieval de sus calles, y a sus fachadas modernistas de finales del siglo XIX. Este último estilo, con Francesc Ferriol Carreras como máximo exponente, tiene sus principales puntos de interés en la plaza de Sagasta, con las casas de Gregorio Prada y Norberto Macho, y en la plaza Mayor, donde está la casa Gato.

Tras varios años de rehabilitación, en junio de 2009 se inauguró el Castillo de Zamora y desde entonces más de 250.000 visitantes han pasado por sus muros, cifra que lo coloca entre las fortalezas más visitadas de la red castellanoleonesa. Junto a este edificio, en la Casa de los Gigantes, se inauguró el mismo año el Museo Baltasar Lobo, que acoge exposiciones temporales.

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