Valladolid

Comienza mañana en Valladolid el juicio contra seis acusados de la muerte de un niño en una piscina en 2008

El Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid juzga desde mañana, martes día 29, a seis personas, tres de ellas administradores de la empresa 'La Ballena Creativos de Animación S.L'. y otras tres monitoras de dicha mercantil, concesionaria de la explotación del Parque de Aventuras Juan de Austria, como presuntas responsables de la muerte, en 22 de julio de 2008, de un niño de dos años, Alejandro S.M.V, que tenían a su cargo y que fue hallado sin vida en el fondo de una piscina portátil.

La Fiscalía de Valladolid solicita para cada uno de los imputados una pena de dos años y cinco meses de cárcel por un delito de homicidio imprudente y, en concepto de indemnización, el pago conjunto y solidario a los padres de la víctima de 250.000 euros, con responsabilidad civil directa de Mapfre y subsidiaria de la citada mercantil y del Ayuntamiento de Valladolid, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

El trágico hecho se produjo durante la participación del niño Alejandro S.M.V, alumno del Colegio Concertado Sagrado Corazón 'Corazonistas' de Valladolid, en un campamento de verano que ese centro desarrollaba en julio de 2008, denominado 'Coras 2008', el cual en su mayor parte se desarrollaba dentro de sus instalaciones, sitas en la calle Joaquín Velasco Martín, a excepción de una actividad que se concertó con la empresa 'La Ballena' y que se llevó a cabo en el Parque de Aventuras Juan de Austria, en la Plaza del mismo nombre.

La actividad preveía la participación de entre 30 y 35 niños con edades de entre dos y once años, con la particularidad, tal y como se advirtió desde el centro a la empresa adjudicataria, de que los menores de dos y tres años sólo podrían participar en juegos de agua con pistolas y en el arenero, prohibiéndose expresamente que fueran a la piscina.

Una piscina con agua turbia

Así, el día 22 de julio de 2008 un grupo de 32 niños del centro, de los que dos tenían dos años, uno de ellos el fallecido, acudieron al parque de aventuras y, pese a las referidas instrucciones, participaron todos en juegos desarrollados en una piscina portátil, que no contaba con socorrista específico y cuya existencia no se encontraba prevista en el proyecto inicial de desarrollo de la actividad presentada por 'La Ballena' y que tenía un metro de profundidad. El agua de la misma se encontraba totalmente turbia, lo que impedía distinguir el fondo.

Terminada la actividad, los niños fueron saliendo de forma desordenada de la piscina y, sin haber sido recontados por las monitoras, se dirigieron a continuación a los vestuarios, donde tampoco fueron enumerados.

Ya dentro de los vestuarios, una de las monitoras acusadas vistió a un niño, llamado también Alejandro, con las ropas de la víctima, que para entonces yacía sumergido en el fondo de la piscina portátil y sin que ello hubiera sido advertido por el personal que estaba al cuidado de todos los niños.

Para cuando Alejandro fue extraído de la piscina ya era tarde. Fue sometido a maniobras de reanimación, si bien el menor murió sobre las 14.25 horas a causa de asfixia por sumersión.

"La desatención en el cuidado de los niños por parte de las tres cuidadoras determinó el fallecimiento de Alejandro, ya que las acusadas no tomaron la mínima precaución de evitar que el niño, de dos años, sin saber nada, se sumergiera en la piscina, pese a la expresa advertencia de no hacerlo por parte del centro educativo; tampoco recontaron a los niños al salir de la piscina, lo cual deberían haber hecho como una elemental medida de seguridad para comprobar que todos los que habían entrado habían salido de la misma ni tampoco lo hicieron en los vestuarios, provocando con ello un retraso que precipitó aún más el fatal desenlace, que pudo haberse evitado de haber actuado con mayor celeridad", tal y como sostiene el fiscal.

Con respecto a los tres administradores de 'La Ballena', la acusación pública le responsabiliza de no haberse ocupado del buen estado de la piscina, "permitiendo que el agua de la misma estuviera completamente turbia e impidiendo ver el fondo de la misma, con el peligro que ello entrañaba", a lo que añade la falta de un socorrista para el cuidado de los bañistas y el haber permitido que un número tan elevado de niños estuviera al cargo de tan sólo tres monitoras.

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