"Ojalá la vida fuera una serie", escribía mi compañero Gonzalo Cordero hace cinco años. Hablaba de la muerte y de su irreversibilidad, obvio ¿verdad? Pues en realidad no lo es.
Pese a que han pasado cinco años no hay día que no crea que me voy a encontrar a Mar al doblar una esquina, bajando las escaleras de redacción (todas las redacciones me la recuerdan) o en uno de los grupos de whatsapp que compartíamos. Quería haber escrito esto la semana pasada pero no tenía cuerpo.
A Mar le encantaba el mes de marzo (también el de abril, que era el mes de su cumpleaños), salir el 8 a la calle para celebrar el día de la Mujer, tomar un vinito mientras preparaba la comida en la cocina el fin de semana, recorrer Madrid en su Vespa, ironizar con casi todo, pensar en envejecer junto a su marido y ver crecer a su hijo. Le encantaba ser periodista y pensaba en voz alta: "madre mía qué hubiera sido yo si no existiera esta profesión". Le gustaba hablar de su pueblo, Huelma (Jaén), pero sobre todo le gustaba dar abrazos ‘apretaos’, muy ‘apretaos’ (joder, Mar). Tenía su opinión de casi todo y siempre la daba, siempre que se la pedías, claro. Porque toda su energía y su pasión estaban perfectamente combinadas con un sentido común al que yo recurría cada vez que no encontraba el mío.
¿Qué hacemos con nuestros muertos? No es una pregunta que le haya hecho a mis padres ni a mis profesores y que yo sí me hago con mucha frecuencia
Mar tenía muchos contactos, su agenda era una mina. Hizo muchas entrevistas, la última fue a Manuela Carmena, una maravilla, como todo lo que hacía.
No la llegó a ver publicada. Cuando salió en SModa (revista en la que Mar era redactora jefa) a la entrevista la acompañaba este texto:
In Memoriam Mar Moreno – Texto de Manuela Carmena, Alcaldesa de Madrid
Muchas veces las entrevistas periodísticas me resultan extraordinariamente agradables. Bueno, otras veces no tanto. Por eso quizá me llamó mucho la atención la entrevista que me hizo Mar Moreno. Desde un primer momento, Mar me pareció una mujer absolutamente encantadora.
Lo pasamos muy bien durante la entrevista. Lo pasamos bien desde el primer momento: desde que todo el equipo de S Moda llegó al Ayuntamiento para preparar todo. Y después Mar me llamó y yo la llamé a ella en varias ocasiones y constaté que era una mujer cautivadora.
Quedé impactada cuando me enteré de su muerte repentina. Y la verdad es que aún sigo afectada por ello, pese a que ya han transcurrido unos días. Es terrible que se nos vayan en plena juventud personas tan fantásticas como Mar, una periodista tan sagaz, tan meticulosa, tan inteligente… Desde aquí quiero hacer patente mi admiración por ella y que sirvan esas líneas como recuerdo emocionado hacia ella.
No sé si es bueno o malo tener tan presente a alguien que se ha ido y hacer este tipo de ejercicios de vez en cuando. Nunca te enseñan estas cosas en el colegio, ni en casa… ¿Qué hacemos con nuestros muertos? No es una pregunta que le haya hecho a mis padres ni a mis profesores y que yo sí me hago con mucha frecuencia. De una forma egoísta yo practico esto, traerla de vez en cuando al sitio que más le gustaba a ella en el mundo, después de su casa: la redacción.
Feliz primavera, primor.
Comentarios